SAN ANACARIO DE AUXERRE
695 d.C.
25 de septiembre
Nació en Orleans en el seno de una familia perteneciente a la
casa de Orleáns que se distinguió tanto por su nobleza
como por su virtud. Una hermana suya, santa Austregilda, fue la madre
de san Lupo de Sens; fue educado en la corte del rey Gontrán de
Borgoña, pero renunció a las pompas del mundo y se puso
bajo la dirección espiritual de san Siagrio obispo de Autun.
Éste fue quien lo ordenó sacerdote.
Obispo de Auxerre en el 561. Ordenó que las
letanías de los santos fueran cantadas diariamente, por
rotación, en los principales centros de la región e
impuso la recitación del Oficio Divino en todas las iglesias de
la diócesis; además durante su episcopado y en su ciudad
fue compuesto el llamado “Martirologio Jeronimiano”. Fue uno de los
obispos más influyentes y respetados de su tiempo en Francia,
tanto en los círculos civiles como en los religiosos, pero su
máxima actividad la desarrolló en el terreno de la
disciplina eclesiástica. Estuvo presente en el sínodo de
París que presidió san Germán en el año de
573, así como en las dos asambleas de Macon, en 583 y 585.
Celoso en el establecimiento de la disciplina en su propia
diócesis, infatigable en la vigilancia sobre la moral
pública y ansioso por instruir a su pueblo en todo lo
concerniente a su vida cristiana, Anacario convocó
particularmente dos sínodos en Auxerre para aplicar las
mencionadas legislaciones en su propia iglesia. En la primera de
aquellas asambleas fueron decretados cuarenta y cinco cánones,
muchos de los cuales abordaban de manera interesante y nueva los
hábitos y costumbres del lugar y la época, cuando los
resabios de las supersticiones del paganismo y los abusos en las
prácticas del cristianismo. Mandó escribir las
biografías de sus dos distinguidos predecesores en la sede de
Auxerre, san Amado y san Germán y, con el fin de llevar con
más orden y concierto los servicios de su iglesia,
aumentó considerablemente los ingresos de su sede.