SAN ALBERICO DE CITEAUX
26 de enero
1109 d.C.



   Fue ermitaño en Colán, cerca de Chatillon-sur-Seine, después siguió a San Roberto en Molesmes (1057), donde fue prior. Esta era una comunidad que se proponía ser ejemplar por su espíritu devoto y obediente, por su austeridad y disciplina. Pero los propósitos son fáciles, pero seguirlos es más difícil. De este modo los monjes de Molesmes, a pesar de sus buenas intenciones, terminaron por adaptarse a una vagancia, y una cierta indisciplina, futilidad y comodidad. San Roberto intentó, en vano, remediarlo, recurriendo a la severidad. Descorazonado, abandonó el monasterio y se retiró en soledad.

   Alberico, fue más tenaz, utilizó el método de la dulzura, pero tampoco tuvo resultados. Los monjes se rebelaron, acusándolo e injuriándolo, y además maltratándolo, pegándolo, e incluso encerrándolo en el monasterio. El asunto llegó muy lejos, y los monjes rebeldes, reaccionaron, y pidieron perdón, con la intención de cambiar de vida, pero los buenos propósitos les duraron poco. Y por esta causa, Roberto, Alberico y otro grupo de monjes, dejaron Molesmes, para dar vida a la Orden Cisterciense, en Cîteaux en 1098. Así Alberico fue fundador con Roberto de Molesmes y san Esteban Harding de la reforma del Cister (1109). Fue durante diez años, prior en Cîteaux, luchando para que su espíritu no cayera en los mismos errores del pasado, y en el 1100, fue elegido abad. Se dice que recibió un manto blanco de manos de María. Tiene culto local.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)