SAN ABERCIO DE
HIERÁPOLIS
Siglo II d.C.
22 de octubre
Fue un Obispo de Hierápolis en la segunda mitad del
siglo II y comienzos del III. Allí desempeñó su
misión de pastoreo de sus fieles, aunque trotó algo por
el mundo también. Fue tan celoso de los intereses de Dios y tan
enamorado del bien para los hombres, que Dios lo utilizó como un
apto instrumento evangelizador para transmitir fidelísimamente
la doctrina de Jesucristo. Resulta que a Dios le pareció
conveniente para los hombres hacer, a través del santo obispo de
Hierápolis, obras a su medida, que lógicamente no son
explicables para la inteligencia humana sin recurrir a la fuerza de
Dios. Como refieren las memorias que
San Abercio hizo algunos de esos milagros y los
racionalistas no supieron encontrar una explicación a la medida
humana, no sólo negaron los milagros afirmando que era una
invención, sino que llegaron incluso a negar la existencia de
San Abercio. Y total, porque se enfrentó públicamente
contra los cultos idolátricos, destrozó los ídolos
y salió ileso de su acción cosa que provocó la
catequezación y bautismo de muchos; porque dio la vista
instantáneamente a una matrona ciega llamada Frigela; porque
curó a cantidad de enfermos y lisiados que recurrían a
él en demanda de auxilio a entremedias de sus catequesis y
porque, sobre todo, expulsaba exitosamente y con relativa frecuencia al
demonio de los posesos, entre ellos a la mismísima hija del
emperador.