BEATO SALVADOR LILLI Y COMPAÑEROS MÁRTIRES
22 de noviembre
1895 d.C.



   Nació en Capadocia, en la provincia italiana de L'Áquila, en el seno de una familia dedicada al transporte de carbón y leña a Roma. Realizó algunos estudios y el 24 de julio de 1870, cumplidos los 18 años, ingresó en la Orden franciscana, en el noviciado que los Reformados tenían en Nazzano de Roma. En 1871 profesó la regla de san Francisco, y dos años después, debido a la supresión de las órdenes religiosas en Italia, marchó como misionero a Palestina. En Belén prosiguió sus estudios filosóficos que había iniciado en Castelgandolfo. Estudió la teología en el convento de San Salvador de Jerusalén, y allí fue ordenado sacerdote en 1878. Durante dos años prestó sus servicios en las basílicas custodiadas por los franciscanos, hasta que, en 1880, fue enviado a Marasc, misión de Armenia Menor (Turquía), perteneciente a la Custodia de Tierra Santa. Aquí aprendió las lenguas árabe, turca y armenia, y desarrolló un provechoso apostolado entre los cristianos del lugar, como lo demostraban los confesionarios siempre ocupados y las comuniones frecuentes de los fieles, incluso entre semana. Mantuvo buenas relaciones con las personas más eminentes de la ciudad, católicas, ortodoxas y turcas. Con las limosnas de los bienhechores levantó una nueva capilla, que se inauguró en 1893. También adquirió un gran campo y muchas herramientas agrícolas para labrarlo.

   En 1885 regresó a Italia, donde permaneció hasta el año siguiente, antes de proseguir su actividad apostólica, caritativa y social en Marasc. En 1890 fue nombrado párroco de los cristianos de Marasc. Ese mismo año hubo una epidemia de cólera, y el P. Salvador, que se encontraba sólo en el convento, desarrolló durante cuarenta días una labor incansable de asistencia a los apestados.

   En 1894 fue destinado como párroco y superior a la misión de Mujuk-Deresi, a siete horas a caballo de Marasc. Allí, en la plenitud de su vida y actividad religiosa, cultural, social y económica, le sorprendió en 1895 una fuerte persecución contra los cristianos armenios, despreciados desde siempre por los musulmanes, por su fidelidad a la fe cristiana. Miles de hombres, mujeres y niños fueron asesinados en toda la región. Los superiores le avisaron que abandonase urgentemente el lugar. Al segundo aviso respondió diciendo que "el pastor no puede abandonar a las ovejas en peligro", de modo que decidió permanecer junto a los armenios perseguidos. Al cabo de un mes, los soldados entraron en la misión a bayoneta calada, y el valiente franciscano, que los recibió con el mayor respeto, resultó herido en una pierna mientras trataba de ayudar a las víctimas. Fue encerrado en una celda del convento, y allí, entre halagos y amenazas, el oficial de los soldados trató de convencerle para que renegara de Cristo y se pasara al Islam.

   Pasada una semana, los soldados quemaron la misión y se pusieron en marcha, llevando maniatado y herido a fray Salvador, con otros campesinos, hasta Marasc. En la iglesia, fray Salvador los oyó en confesión y les animó a afrontar el martirio. Reemprendieron la marcha y llegaron al borde de un torrente, cerca de Mujuk-Deresi. Aquí el jefe trató, una vez más, de hacerles renegar de Cristo y abrazar la fe musulmana. Ante la negativa de todos, fueron asesinados allí mismo, a golpe de bayoneta, y sus cuerpos quemados.

   Sus compañeros de martirio, todos armenios, se llamaban Baldji Oghlou Ohannes, Khodianin Oghlou Kadir, Kouradji Oghlou Tzeroum, Dimbalac Oghlou Wartavar, Jeremías Oghlou Boghos, David Oghlou David y Toros Oghlou David. Fueron beatificados por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de 1982.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)