BEATA SABINA PETRILLI
18 de abril
1923 d.C.
Nació en Siena. Un año después, a causa de una
enfermedad, recibiría la unción. Su infancia y
adolescencia estuvieron marcadas por sufrimientos físicos
debidos a su mala salud. A los 10 años, al recibir la primera
comunión sintió la llamada a hacerse religiosa. A los 15
años se inscribió en la Congregación de Hijas de
María, y en poco tiempo fue elegida presidenta. Dos años
después emitió el primer voto de virginidad por un
año. En 1869, durante una audiencia, el beato Pío IX le
dijo. «Camina sobre las huellas de Catalina de Siena y sigue sus
ejemplos». Esto la animó a fundar una nueva familia
religiosa. El 15 de agosto de 1873, en la capillita de la casa paterna,
emite, junto con cinco compañeras, los votos de castidad,
pobreza y obediencia, con la presencia de su confesor, y el acuerdo del
arzobispo, Mons. Enrique Bindi, quien les concede el permiso de iniciar
una obra a beneficio de los pobres que sería la
Congregación de las Hermanas de los Pobres de Santa Catalina de
Siena.
Inicialmente la obra
se dedicó a los huérfanos, después abrazó
otros apostolados de alivio a la miseria y el sufrimiento. En 1881
inicia la primera fundación en Onano (Viterbo, Italia), y en
1903 la primera misión en Belém (Brasil). Las "Constituciones" de la congregación,
que se vuelve de derecho pontificio, son definitivamente aprobadas el
17 de junio de 1906.
Redactó una
Regla muy austera, convencida de que sólo con el empeño y
la renuncia a uno mismo se puede ayudar a los pobres. Sucesivamente la
madre Sabina emite el voto de «no negar nunca voluntariamente al
Señor», y el voto de «perfecta obediencia» al
director espiritual, el voto de «no lamentarse deliberadamente en
los padecimientos externos e internos», y el voto de
«completo abandono a la voluntad del Padre». Los
últimos 30 años de su vida sufrió una grave
enfermedad degenerativa. Murió en Siena.
Su obra se expandió por Italia y por muchos países, al
servicio de los pobres y «y de todos aquellos que sufren y son
oprimidos». Fue beatificada por SS. Juan Pablo II el 24 de abril
de 1988.