BEATO RODOLFO DE BERNA
17 de abril
1294 d.C.



  Según la "Berner Chronik", en 1294, algunos judíos de Berna, secuestraron a un niño cristiano y para parodiar la pasión de Cristo, lo crucificaron dejándolo morir en la cruz. Aunque el delito fue escondido por sus autores, el crimen pronto fue descubierto (aunque la responsabilidad de los judíos en el martirio no ha estado probada, en aquellos tiempos la comunidad hebraica estaba asociada a los infanticidios rituales).

   El niño fue considerado mártir por el Consejo de la ciudad y por el clero local, y enterrado con gran honor en la catedral de Berna, cercano al altar de la Santa Cruz. Pronto este altar fue llamado por el pueblo “altar de San Rodolfo”. En 1528, después del saqueo de los calvinistas, las reliquias de san Rodolfo, fueron extraídas de su caja y enterradas, sin ningún respeto, y no han vuelto a ser encontradas. Actualmente no goza de ningún culto.

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(Parroquia San Martín de Porres)