BEATO RICARDO LANGLEY
1 de diciembre
1586 d.C.
Noble
de Grimthorpe (Yorkshire). Tenía tierras también en
Rathorpe y en Ousethorpe. Estaba casado con Joan Beaumont de Mirfield y
tenía cuatro hijas y un hijo. Era también un
católico fervoroso que puso su casa y sus bienes al servicio de
los misioneros católicos, apoyandolos y escondiendolos. Esto
pudo hacerlo durante un año, hasta que un falso católico
lo denunció. Hospedaba en su casa a dos sacerdotes en su casa de
Grimthorpe, mientras él residía en la de Ousethorpe. Los
detuvieron a todos.
Fue detenido en el
castillo de York, donde por su bondad, serenidad y buen humor, se
granjeó el afecto de los carceleros. Los recuerdos que hablan de
él dicen que era un alma grande, de notable piedad, gran
crédito social, respetado de todos por su honestidad,
sabiduría y sobriedad, bien cualificado en toda virtud. Llevado
a juicio, al entrar en la sala, un grupo de protestantes lo
insultó, pero él se dirigió al P. Cerowe que
estaba allí y le pidió la bendición.
Declaró no arrepentirse de haber alojado a los sacerdotes, por
ser mensajeros de Dios, y más bien lamentaba no haber podido
hospedar a más. Dijo también que daba gracias a Dios por
concederle morir por una causa tan buena.
Su familia y su hermano Tomás hicieron por él cuanto
pudieron, pero no pudieron evitar que fuese ahorcado y descuartizado en
York, acusado de traición. Cuando era llevado a la muerte
mostraba tanta alegría que llegó al patíbulo antes
que el propio sheriff. Una vez ahorcado, destripado y descuartizado, y
pese a que lo reclamaban sus amigos, su cuerpo fue echado al fondo de
una fosa y encima echaron los de varios ladrones ejecutados. Su hija
Isabel murió en la cárcel por la fe, y decía que
veía a su padre junto a ella. Fue beatificado el 15 de diciembre
de 1929 por el papa Pío XI.