BEATO PEDRO VERDAGUER SAURINA
1936 d.C.
15 de octubre
Hijo de Isidro y de Dolores,
nació en Manlleu (Barcelona) el día 24 de octubre de 1908.
Era el último de cuatro hermanos, que quedaron huérfanos de
padre desde 1909. Por esta condición y careciendo su madre de medios
para atender debidamente a su instrucción, el 24 de agosto de 1918,
a los diez años, ingresó en el colegio de Huérfanos
de Sant Julià de Vilatorta. Pedro, por su inclinación a la
vida religiosa, formaba parte del grupo de preaspirantes , que atendía
espiritualmente el P. Cristóbal Viñuela. El 13 de mayo de 1922
salió de Sant Julià para ingresar al colegio Nazareno de Blanes.
Al completar las humanidades, Pedro pidió el ingreso
al noviciado, vistiendo el hábito el día 23 de septiembre de
1923 en el colegio-noviciado Sagrada Familia de Les Corts, bajo la guía
del padre Ramón Oromí, como maestro, haciendo la primera profesión
al siguiente año. En el escolasticado de Les Corts, siendo el padre
Fidel Fons prefecto de escolares, realizó todos sus estudios eclesiásticos,
destacando también, según testimonio de algunos de sus hermanos,
los frutos de sus admirables dotes artísticas y literarias.
Hizo las prácticas de enseñanza en el colegio
Nazareno de Blanes, durante el curso 1927-28, como auxiliar del prefecto
de aspirantes y en el curso siguiente en el colegio San Luis de Begues. Hizo
su profesión perpetua el 17 de septiembre de 1931. Promovido en Barcelona
a las sucesivas órdenes sagradas, fue ordenado sacerdote el 20 de
febrero de 1932, juntamente con los padres Jaime Puig, Miguel Barrachina,
Enrique Minobis y José Llauradó en la capilla del palacio episcopal.
De su personalidad destacan su bondad y cordialidad, su férrea
voluntad y regio carácter, la austeridad de su vida y su continua
exhortación a amar la castidad y la pureza, como virtudes fundamentales
de los Hijos de la Sagrada Familia. Con la fuerza de su vida ejemplar, instaba
de palabra a la perfección en la vida religiosa. Era afable, alegre,
atento a los pequeños detalles y reglas de urbanidad. El amor que
profesaba a la Iglesia y al Instituto lo mantenía despierto, sereno
y decidido.
Habiendo casi terminado sus estudios de magisterio, fue destinado
al colegio Jesús, María y José de Sant Andreu y luego
al colegio de San Ramón de Vilafranca, como secretario, debiendo salir
de allí con el resto de la comunidad, ya en mayo de 1936, cuando el
Ayuntamiento incautó el colegio. Pasó provisionalmente al colegio
San Luis de Begues, junto con otros sacerdotes y un grupo de 9 novicios,
estando destinado para la delegación argentina y con los papeles en
regla para embarcar el día 21 de julio de 1936.
El día 17 de julio bajó a Barcelona para ultimar
los papeles y los preparativos para el viaje y, ya en Sant Andreu, se encontró
con el ambiente revuelto. Regresó al colegio y, en vista de los acontecimientos
que se sucedían, los padres se distribuyeron en diferentes casas de
algunos amigos y conocidos. Como la familia en donde estaba tenía
miedo de algún registro y todos los conocidos escabullían la
responsabilidad, tras mucho pelear y arriesgarse, consiguió un pase
de gobernación, controlado por el comité y pudo llegar a Vic
y a Manlleu, en donde trabajaban sus hermanos, a finales del mismo mes de
julio.
Después de muchas dificultades, idas y venidas, permaneció
oculto en casa de los suyos. Por sus hermanos, supo que lo tenían
señalado y vigilado. Entonces decidió cruzar el río
Ter de noche y salir de allí en dirección a Barcelona. Según
el testimonio del padre Juan Morató, probablemente el día 15
del mes de octubre de 1936, en un registro efectuado por la FAI en la pensión
donde se camuflaba, fue aprehendido, declarando noblemente su condición
de religioso y sacerdote, y cayendo bajo el plomo cobarde de sus asesinos
en el cementerio de Moncada, luego de haber sido llevado a la cárcel
del convento de San Elías. Contaba con 28 años de edad y 12
de profesión religiosa. Sus restos mortales no fueron identificados
y se inscribió su desaparición en el Juzgado n° 8 de Barcelona.