BEATO
PEDRO DE LA NATIVIDAD
1647 d.C.
17 de octubre
Nacido en
Lucca, Italia. Impresionado por la muerte ejemplar de su madre,
él se sentía llamado entrar en la Congregación de
la Virgen Bendita, fundado en Lucca por san Juan Leonardi. Antes de
entrar en el noviciado había estudiado con los franciscanos en
Lucca. Fue ordenado sacerdote en la Basílica de Letrán y
se realizó su ministerio sacerdotal predicando, oyendo
confesiones y en el cuidado pastoral de juventud para quienes
fundó la Congregación de Nuestra Señora de las
Nieves en Lucca.
Después de la muerte de san Juan Leonardi, sus
hijos ofrecieron su ayuda pastoral a las Escuelas Pías. Con el
fin de asegurar su continuidad, san José de Calasanz unió
su obra con la Congregación de Lucca. Pablo V aprobó esta
unión en 1614.
Pedro Casani fue nombrado rector de San Pantaleón,
casa principal de las Escuelas Pías. Pero los padres de Lucca
muy pronto comprendieron que ellos no podrían aceptar el
ministerio de las escuelas definitivamente sin traicionar su propio
carisma fundacional. Pablo V separó las dos instituciones en
1617. Pedro Casani decidió permanecer en las Escuelas
Pías como parte del grupo de Calasanz, constituido por Pablo V
en Congregación Religiosa de votos simples. Pedro Casani
jugó un papel eficaz en la transformación a una Orden con
votos solemnes.
San José de Calasanz continuó, durante 30
años, dándole cada vez más responsabilidades a
Pedro Casani y lo designa como el primer rector de la casa matriz de
San Pantaleón, primer asistente general, primer maestro de
novicios y primer Provincial de Genova y Nápoles, comisario
general para las fundaciones en Europa Central y el primer candidato
para suceder al fundador como Vicario General. Pedro Casani era un
hombre pío y predicador dotado que incansablemente
emprendía misiones promoviendo la observancia regular en Roma y
donde sea.
Su amor de pobreza religiosa era una razón para su
unión espiritual con san José de Calasanz y era
consistente con la dedicación preferencial hacia sus escuelas
para los niños pobres. Para mantener esta pobreza rigurosa, los
dos estaban en contra de aceptar generosidad excesiva de los
bienhechores. Ellos también compartieron los dolores del nuevo
instituto, las alegrías y frustraciones de ser incapaces de
satisfacer tantas demandas para fundaciones. Sin embargo, Pedro Casani
no estuvo libre de líos. Fue hecho prisionero, despojado de su
oficio como Asistente General y la Orden fue reducida a una
congregación simple sin votos. Durante todas estas
humillaciones, Pedro Casani defendió al fundador y su trabajo
con resignación heroica. Él pidió en vano la
intercesión favorable de amigos y poderosos. Murió
asistido por san José de Calasanz que escribió muchas
cartas comunicando su muerte pía y comenzando su causa para la
beatificación. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995 por SS
Juan Pablo II.