BEATO PEDRO AREDIO LABROUCHE DE LABORDERIE
1 de julio
1794 d.C.



   En el mar, frente a la costa de Rochefort, en Francia, beatos Juan Bautista Duverneuil, carmelita descalzo, y Pedro Aredio Labrouche de Laborderie, canónigo de Clermont, presbíteros y mártires, que durante la Revolución Francesa, por ser sacerdotes, fueron recluidos en una nave destinada al transporte de esclavos, y los dejaron morir en ella, consumidos por el hambre y la enfermedad.

   Nació en Saint-Yrieix el 24 de mayo de 1756, siendo su padre señor de la villa. Tras estudiar humanidades y filosofía en Périgueux, entró en 1780 en el seminario de Limoges y se ordenó sacerdote el 25 de marzo de 1782. Muy pronto obtuvo una canongía en la colegiata de Saint-Yrieix al resignar en él su prebenda un pariente suyo. Al ser suprimidos los cabildos por la Revolución, él y sus compañeros canónigos presentaron una protesta formal. Al no ser funcionario público, no se le pidió que hiciera el juramento constitucional, y no se consideró comprendido en la ley de expulsión de los no juramentados. Se dedicó a ejercer su ministerio a favor de los verdaderos católicos y se negó a prestar el juramento de libertad-igualdad; por ello fue arrestado en 1793 y enviado, el 25 de febrero de 1794, a Rochefort, como refractario a la ley del 14 de agosto de 1792. Las noticias que han quedado de él lo presentan como un sacerdote de vida ordenada y austera, amante de los pobres, delicado de conciencia y muy piadoso. Llegó tan enfermo y debilitado a las playas de Rochefort, que murió en seguida. Se dijo que había muerto de una fluxión del pecho.

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(Parroquia San Martín de Porres)