BEATO ODOARDO FOCHERINI
27 de diciembre
1944 d.C.
Nació en Carpi (Módena, Italia) en el seno de una familia
de trabajadores. En 1924, todavía veinteañero, fue uno de
los fundadores de “l’Aspirante”, el primer diario
católico para niños, que fue el medio de contacto
nacional entre los chicos de la Acción Católica en
Italia. En el 1936 era Presidente del Acción
Católica diocesana. En 1937, el papa Pío XI, le
concedió la cruz de Caballero de San Silvestre.
Durante unas
vacaciones en Val de Non (Trento), conoció a María
Marchesi, de la que se enamoró, y los dos jóvenes, unidos
de la misma visión cristiana de la vida, se casaron en 1930, y
del matrimonio nacerían 7 hijos.
Trabajó en la
Sociedad Católica de Seguros de Verona como inspector para la
zona de Carpi, Ferrara, Udine y Pordenone; en el poco tiempo libre que
le quedaba se dedicaba a las actividades apostólicas, como
conferencias sociales y religiosas, congresos eucarísticos
diocesanos y guía de una sociedad ciclista. También en
aquellos años promovió el movimiento scout en Carpi; fue
un cronista atento y escrupuloso para la diócesis de Carpi en el
diario católico ”L’Avvenire d’Italia” y “L'Osservatore
Romano della Domenica”. El apostolado de la prensa le llevó
a aceptar, en 1939, otro trabajo importante, director administrativo
del diario L´Avvenire,
entonces con sede en Boloña, siempre abandonado en la fe en Dios
y en la amistad fraterna con el director Raimundo Manzini.
En 1938, Focherini contrató en «L’Avvenire»
al periodista judío Giacomo Lampronti, despedido a causa de las
leyes raciales. Cuando estalló la II Guerra Mundial,
organizó con otros, en la curia episcopal de Módena y
Carpi y en su casa de Mirandola, una oficina de contacto con los
soldados que estaban en el frente o dispersos.
En el año 1942,
con el consentimiento de su mujer, empezó su labor en favor de
los judíos, cuando el Cardenal de Génova, le
encargó el cuidado de dos judíos llegados desde Polonia.
De esta manera comienza a inmiscuirse cada vez más en el
sufrimiento de las víctimas de la persecución nazi, y
junto con el sacerdote, Don Sala, y a través de contactos con
personas de confianza, teje una red de ayuda organizada para asegurar
cartas de identidad en blanco y rellenarlas con datos falsos para
llevar a los perseguidos a los confines de Suiza.
En 1493 consigue los
primeros documentos para su amigo, de origen judío, Giacomo
Lampronti y su familia. El hecho llega a ser muy conocido entre la
comunidad judía y cientos de ellos se dirigieron al periodista y
al sacerdote en busca de ayuda. Como alma de la organización,
Focherini contactaba con las familias, conseguía los documentos
desde las sinagogas, buscaba financiación y proporcionaba
documentación falsa.
Sin embargo, pese a la
cautela de sus actuaciones los nazis recibieron información
sobre su labor por lo que, en primer lugar, fue detenido el sacerdote,
más tarde puesto en libertad.
Mientras
tanto, Focherini seguía con su labor caritativa. El 11 de marzo
de 1944 fue arrestado en el hospital de Carpi mientras organizada la
fuga del paciente Enrico Donati, el último judío al que
consiguió ayudar a escapar. Había conseguido salvar a 100
judíos. Primero fue interrogado ante las SS en Bolonia y
más tarde trasladado a una prisión.
"No te expongas,
piensa en tus hijos". Durante una visita a prisión de su
cuñado, éste le dijo: "Ten cuidado, quizá te
estás exponiendo demasiado, ¿no piensas en tus hijos?".
Sin embargo, la respuesta de Odoardo fue la siguiente: "Si tú
hubieras visto lo que he visto yo en esta cárcel, todo lo que
hacen padecer a los judíos, lo único que
lamentarías es no haber hecho lo suficiente por ellos, y no
haberlos salvado en mayor número". Aquí comenzó a
escribir cartas a su familia, que llegaron a ser 166 cartas y que
constituyen un precioso documento histórico y de conocimiento de
su ánimo profundamente cristiano y de su unión con la
familia.
De la cárcel de
San Giovanni in Monte en Fossoli fue trasladado al campo de
concentración de Gries, en Bolzano, después a Alemania,
primero en el campo de Florssernburg, y finalmente de Hersbruck,
subcampo de Flossenburg. Allí sufrió hasta la
extenuación con maratonianas y durísimas jornadas de
trabajo. En una de ellas sufrió una herida en una pierna y ante
la falta de atención sanitaria contrajo una septicemia y
murió a la edad de 37 años.
Antes de morir pudo
escribir dos cartas a su familia. "A mis siete hijos... quisiera verlos
antes de morir... sin embargo acepta, Señor, también este
sacrificio y custódialos tú, junto a mi mujer, a mis
padres, y a todos mis seres queridos", decía en una de ellas.
Además,
escribía: "Declaro morir en la más pura fe
católica, apostólica, romana y en plena sumisión a
la voluntad de Dios, ofreciendo mi vida en holocausto por mi
diócesis, por la Acción Católica, por el Papa y
por el retorno de la paz al mundo. Os ruego decir a mi mujer que la he
sido siempre fiel, he pensado siempre en ella, y la he amado siempre
intensamente". Su mujer, María, no supo la noticia hasta una vez
terminada la guerra.
En 1969 fue inscrito en el libro de los "Justos entre las
naciones" en el memorial Yad Vashem de Jerusalén. Esta
desinteresada actividad, ha merecido que la Unión de las
Comunidades Israelitas de Italia le concedan su medalla de oro a la
memoria. Uno de los nietos de Focherini recuerda ahora que "uno de los
judíos a los que salvó dijo que ‘somos milagros de
Odoardo Focherini’ y siempre lo consideraron su salvador y
ángel. Su prójimo fue su familia y los
judíos". Fue beatificado por el papa Francisco el 15 de
junio de 2013.