NUESTRA SEÑORA
DE COROMOTO
11 de septiembre
Cuando se
fundó el
pueblo de Guanare en 1591, los indígenas que habitaban en la
región, los Cospes, huyeron hacia la selva en el norte de la
localidad. Esto dificultaba la evangelización que la Iglesia
Católica Romana había emprendido.
La aparición de la Virgen ocurrió en esta
selva a la que habían huido los nativos, el 8 de septiembre de
1652, donde la Virgen María se le apareció al Cacique de
los Cospes, el nativo Coromoto (y a su mujer), diciéndole en su
propia lengua: "Vayan a casa de los blancos y pídanles que les
eche el agua en la cabeza para poder ir al cielo", con esta frase la
Virgen le pide a él y a su tribu que se bautizaran.
Según la tradición oral, el cacique le
relató lo sucedido a su encomendero, don Juan Sánchez,
éste le pidió que en ocho días estuviese listo con
la tribu para recibir la catequesis y el bautismo. En efecto, cuando
regresó los indígenas marcharon con el a un ángulo
formado entre los ríos Guanaguanare y Tucupido, donde les
repartieron tierras e iniciaron la catequización, a fin de
prepararlos para el bautizo.
Varios de los indios recibieron el bautismo, no así
el Cacique quien echaba de menos la selva donde el mandaba y no
tenía que obedecer. Esto lo hizo preparar su huída. Sin
embargo el sábado 8 de septiembre de 1652, la virgen vuelve a
aparecer en el bohío, en presencia de Coromoto, su mujer, su
cuñada Isabel y un sobrino de esta. (Es, por cierto, la
única vez que la Santa Virgen aparece a una familia). El cacique
coge la flecha y apunta para matarla. Como la virgen María se le
acercó, Coromoto tira la flecha e intenta empujarla, pero ella
desaparece, dejándole en la mano un pequeño pergamino con
su imagen.
El niño corrió a avisarle a Juan Sánchez, quien
con dos de sus compañeros fueron al sitio de la aparición
y recogieron la preciosa reliquia. Dieron parte a las autoridades
civiles y eclesiásticas, quienes a pesar de no creerlo
resolvieron llevar el pergamino a la Iglesia de Guanare en 1654, donde
permaneció en un relicario hasta 1987, cuando fue incrustada en
el pedestal de la imagen de madera que está hoy en día en
el templo "Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto".
Cuenta el relato que Coromoto fue mordido por una
serpiente venenosa y regresó a Guanare, herido y a punto de
morir, comenzó a pedir el bautismo, se lo administró un
barinés, y al bautizarse, se convirtió en apóstol
y rogó al grupo de indios cospes rebeldes que estaba bajo su
mando, que se bautizaran. Después, Coromoto, ahora con el nombre
cristiano de Ángel Custodio, murió en buena vejez. Como
consecuencia de esto, los indios Cospes formaron una comunidad de
fieles muy fervorosa.