BEATO NICOLÁS
FACTOR
23 de diciembre
1583 d.C.
Natural de Valencia; en 1537, ingresó en los franciscanos a los
17 años en Valencia, fue ordenado sacerdote en 1544, y
pasó toda su vida como predicador itinerante,
flagelándose antes de cada sermón. Llevaba una vida de
suma austeridad. Duras disciplinas tres veces al día, comida
diaria a pan y agua con raras excepciones; caminar descalzo, dormir
brevemente en dura tabla, todo ello unido a un atento servicio, a una
gran comprensión, a una suavidad y dulzura para sus hermanos.
Sus superiores le encomendaron el cuidado y dirección de varios
monasterios. Por humildad hubiera rehusado al cargo, pero por encima de
todo estaba la obediencia. En 1571, el rey Felipe II lo destinó
a Madrid como director espiritual del monasterio de Santa Clara (las
Descalzas Reales). De aquí pasó a Valencia y
Gandía, como director espiritual de religiosas.
Nicolás
ardió de ansias apostólicas. Su predicación era
sencilla y conseguía numerosas conversiones. Atendió a
los pobres y enfermos. Nadie marchó defraudado de su presencia.
Fue un enamorado de la belleza y se extasiaba en ella. Y a
través de la belleza creada ascendía a la Belleza
Increada. Se extasiaba ante la creación, tenía un fino
sentido musical, componía versos y manejaba los pinceles.
Escribió un breve tratado: "Las tres vías". Su
agradable trato facilitaba el cultivo de la amistad. El más
entrañable de sus amigos fue el dominico el beato Luis
Beltrán. Nicolás sostenía a Luis y Luis apoyaba a
Nicolás, según las necesidades. También estuvo
relacionado con Juan de los Ángeles y San Juan de Ribera.
Estaba tan abismado en Dios que frecuentemente entraba en
éxtasis. Se cuenta que un día, mientras celebraba la
misa, san Francisco y santo Domingo fueron sus monaguillos. Fue
devotísimo de la Santísima Trinidad, la
Eucaristía, de la Pasión de Cristo y de María.
Estimaba tanto su fe, que escribió una profesión de fe
con su propia sangre. Esto le aliviaba en sus momentos de
turbación y dudas, como cuando se fue al convento recoleto de
Santa Catalina de Onda en 1582, luego a los capuchinos del Monte
Calvario de Barcelona, para terminar volviendo a su convento de Santa
María de Jesús en Valencia, en 1583. En el proceso de su
beatificación fueron llamados a testimoniar, san Pascual
Bailón y
el beato Luis Beltrán. Fue beatificado por Pío VI el
27 de agosto de 1786.
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)