BEATO MAURILIO TOBAR GONZALEZ
23 de septiembre
1936 d.C.
Fecundo fue el apostolado
del P. Maurilio en sus 43 años de sacerdocio. Los 10 primeros años
en Alcorisa, desde 1903 a 1919 en Santiago de Cuba desempeñando diversos
cargos: párroco de Guantánamo, consejero de dicha archidiócesis
y director de las Hijas de la Caridad en La Habana. De regreso a España
trabajó mucho como misionero y de comisario para la dirección
de las mismas en la zona sureste de España, cargo que desempeñó
con acierto indiscutible por espacio de 10 años. Desde julio de 1931
fue superior de la residencia de los PP. capellanes del noviciado de las
Hijas de la Caridad, en Madrid, Lope de Vega, 38. De allí les hizo
salir la revolución marxista, siendo martirizado junto al P. Ponciano
Nieto en Madrid el 23 de septiembre de 1936. Fue un sacerdote ejemplar, verdadero
modelo de piedad, prudencia, humildad, sencillez y siempre dispuesto a trabajar
por la causa de Dios.
MARTIRIO: D.ª Julia Angulo Pozas, viuda sin hijos, muy
religiosa y de gran fe, tenía amistad con toda la comunidad de religiosos
Paúles y con muchas Hijas de la Caridad. Su sobrina Áurea,
Hija de la Caridad, recuerda haberla acompañado de niña muchas
veces a la exposición del Santísimo y otras funciones religiosas
que se celebraban en el noviciado los domingos por la tarde. La confianza
era tal que en la persecución le llevaron cálices y objetos
de culto para que ella, que tenía una casa grande en Abascal, 9, 1º,
que corresponde al actual 27, 3º, los ocultara. D.ª Julia acogió
generosamente en su casa no solo a sus primos, el P. Maurilio y el H. Saturnino,
sino también el P. Ponciano Nieto. En el refugio celebraban la Eucaristía
y, como podían, hacían llegar las sagradas formas consagradas
a las Hijas de la Caridad ocultas en los más variados lugares. No
estaban en casa cuando se llevaron al H. Saturnino, pero sabían que
un día u otro los matarían y estaban preparados. En el bajo
izquierda de la misma casa vivía un jefe importante de la República
perteneciente a izquierda Republicana.
El 23 de septiembre de 1936, cuando estaban empezando a comer,
llegaron a casa cuatro coches y siete milicianos, sacaron de casa a los PP.
Paúles: Maurilio Tobar González y Ponciano Nieto Asensio y
a D.ª Julia Angulo Pozas. A los tres los fusilaron el mismo día,
a los padres por ser religiosos y a D.ª Julia por haberles escondido
en su casa. Al salir se habían despedido de la portera, que era una
buenísima mujer, conscientes de que salían para la muerte.