BEATO MATEO CARRERI
1470 d.C.
5 de octubre



  Juan Francisco nació en Mantua, en el seno de la nobilísima familia de los Carreri. Desde niño parecía un ángel por la belleza de su cuerpo y la bondad de su corazón. No le faltaron insidias y tentaciones, pero él, con la gracia de Dios, las superó todas, saliendo victorioso. Deseoso de abrazar la vida religiosa pedía al Señor que le indicase cual era su voluntad, y un día, entrando en la iglesia de Santo Domingo en Mantua, se sintió atraído por la salmodia de los frailes y pidió ingresar en la Orden de Predicadores.

   Ingresó en los dominicos y cambió su nombre por el de Mateo. Su noviciado fue uno de los más fervientes, y a menudo el Padre Maestro debía moderar su excesivo ardor. La oración, el estudio, la penitencia fueron los medios con los que preparó su portentosa predicación. Fue ordenado presbítero y pasó toda su vida predicando por toda Italia. El principal tema de sus sermones fue la paz del Señor.

   Lombardía y Toscana se removieron por su ardiente palabra y por los prodigios que le acompañaban. Combatió sin descanso la profanación de los días festivos y diversiones ilícitas. Llevó un espíritu nuevo a varios conventos, especialmente el de Soncino, en el que introdujo una completa reforma. Cuidó mucho la Tercera Orden. Antes de morir ansiaba saborear alguna gota de la pasión del Señor, y la obtuvo. Tuvo una visión en el que Cristo crucificado le traspasó el corazón con una aguda espina. Su muerte estuvo rodeada de muchos milagros y su cuerpo se venera en la iglesia de San Pedro Mártir.

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(Parroquia San Martín de Porres)