BEATA MARÍA POUSSEPIN
24 de enero
1744 d.C.



   Nació en Dourdan (Francia), en el seno de una familia fabricante de medias de seda, que tras la muerte de su padre, ella supo mantener a flote el negocio familiar e introducir el uso de telares en lugar de las agujas de tejer. Fue miembro activo de la Cofradía de la Caridad establecida en su parroquia, al liberarse de las obligaciones comerciales, se pudo dedicar más intensamente a las obras de caridad.

   Los últimos años del siglo XVII, no fueron fáciles para estas regiones de Francia, el hambre y las epidemias eran abundantes y aumentaba el número de pobres y enfermos. Hacia 1692, el P. François Mespolié, dominico, visita Dourdan. De este modo Marie Poussepin conoce la orden dominicana y halla en ella una respuesta a sus deseos de una vida espiritual más intensa. Comprende que es el camino que Dios le señala y decide formar parte de la Tercera Orden de Santo Domingo. Este hecho marcará luego a la Congregación.

   En 1696, se instaló en el pueblo de Sanville, con el fin de dedicarse a la atención de los más desfavorecidos, especialmente de los niños y enfermos. Pronto se le unen un reducido número de jóvenes, carentes de medios de subsistencia, a las que ayuda enseñándoles a vivir cristianamente y a hacer de su vida un servicio para los demás. Nace así la primera comunidad de Hermanas Dominicas, dedicadas al servicio de la caridad. Toman como ejemplo la Virgen María en su Presentación.

   Fundadora de la Congregación de las religiosas Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, dedicadas al servicio de la caridad. A partir del mismo año 1696, Marie Poussepin inicia las gestiones legales necesarias para lograr la aprobación oficial de la Congregación. Los trámites son largos y laboriosos, y no se obtiene hasta l724. Las constituciones de la Congregación, que ya ha comenzado su expansión por distintas diócesis de Francia, son autorizadas en 1738 por el obispo de Chartres. Este hecho significa el reconocimiento por parte de la Iglesia.

   En su último testamento, Marie Poussepin, recomienda a las Hermanas tener un vivo celo por la instrucción de la juventud, el cuidado de los pobres enfermos, el espíritu de pobreza y el amor al trabajo. En la profundidad de su fe, Marie Poussepin comprende que se acerca a la plenitud, 90 años después de haber iniciado su vida, despojada, libre y serena, se entrega a la oración y al silencio. Murió en Sainville (Francia). Fue beatificada por SS Juan Pablo II en la basílica vaticana el 20 de noviembre de 1994.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)