BEATA MARÍA
GABRIELA SAGHEDDU
23 de abril
1939 d.C.
Nació en Dorgali, Cerdeña, en el seno de una familia
humilde, y se llamaba María. En su juventud fue una cristiana
más, que se limitaba a realizar lo básico. Era
intransigente, y no había en ella demasiada piedad, aunque era
muy exigente consigo misma y no paraba hasta terminar lo que
había comenzado. A los 18 años empezó un cambio en
su vida, recibió dos ventajosas propuestas de matrimonio que
rechazó, y cada vez se sentía más atraída
hacia la vida del claustro. Se inscribió en la Acción
Católica y en sus ideales puso todo su ardor, aunque cada vez
sentía más inclinación por la contemplación
y la soledad.
Ingresó en el monasterio trapense de San José de
Grottaferrata en 1935 e hizo los votos en 1937, y se puso el nombre de
Gabriela. Descubrió el poder de la oración de
intercesión. Bajo la influencia del padre Couturier, fue una de
las monjas que ofrecieron su vida por la unidad de la Iglesia. La
comunidad del Císter tenía una profunda amistad y
fraternidad espiritual con la comunidad benedictina anglicana de
Nashdon. La hermana Inmaculada, una religiosa anciana, se había
ofrecido para la unidad de los cristianos, y al fallecer, Gabriela, que
era una chica joven y robusta, se ofreció para ocupar su puesto,
al poco tiempo tuvo que soportar una dolorosa enfermedad: la
tuberculosis, y graves pruebas espirituales. Su muerte
impresionó a los benedictinos anglicanos ingleses, que vieron en
ello un inicio para la unidad de los cristianos. Fue beatificada
por Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983.