MARIA SANTISIMA FUE SIEMPRE VIRGEN



   La Iglesia enseña este misterio y privilegio mariano con una fórmula tradicional: Vírgen antes del parto, Vírgen en el parto y, Vírgen después del parto.

   El amor de Jesús a su Madre, que había ofrecido a Dios su virginidad, hizo que los planes divinos de redención se realizaran respetando ese propósito de María. La Maternidad y Virginidad, dice San Bernardo son dos coronas que Dios quiso concederle.

LA VIRGINIDAD DE MARIA

   La virginidad de Santa María puede entenderse en un triple sentido:

Virginidad de mente, es decir, un constante propósito de virginidad, evitando todo aquello que repugna a la perfecta castidad. Este es el llamado aspecto espiritual o de entrega total a Dios.

Virginidad de sentidos, o sea, la inmunidad de los impulsos desordenados de la concupiscencia. Este es el llamado aspecto moral.

Virginidad del cuerpo, esto es, la integridad física jamás violada por ningún contacto de varón.

   El dogma mariano del cual ahora tratamos se detiene a considerar, principalmente, la integridad corporal de Santa María, y así la Iglesia nos enseña que María Santísima:

-Era Vírgen al concebir a Nuestro Señor (antes del parto)

-Fue Vírgen al dar a luz al Señor (en el parto)

-Permaneció Vírgen después del nacimiento de Cristo (después del parto).

EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

   a) En todos los Símbolos Apostólicos se declara la Fe cuando se dice: "Creo en Jesucristo...que nació de Santa María Vírgen, por obra del Espíritu Santo".

   b) Los Concilios y declaraciones pontificias expresan con unanimidad esta verdad.

LA SAGRADA TRADICION

   San Ireneo: "Era necesario que en la restauración de Adán por Cristo...la desobediencia virginal de Eva fuese desvirtuada y suprimida por la obediencia virginal de María".

   San Jerónimo: "Cristo virgen y María virgen consagraron los principios de la virginidad en ambos sexos".

   San Agustín: "Si con el nacimiento de Jesús se hubiera corrompido la integridad de la madre, no habría nacido de una virgen y, por tanto, toda la Iglesia profesaría falsamente que había nacido de una Vírgen".

   San Efrén: "Entró y habitó secretamente en el seno; saliendo después del seno, no rompe el sello virginal".

  CONTENIDO DEL DOGMA

   La virginidad perpetua de María es un milagro obrado por Dios y un privilegio concedido e íntimamente ligado al de la maternidad divina.

   Este dogma mariano se explicita en tres grandes momentos: antes, en y después del parto, los cuales veremos a continuación.

VIRGINIDAD ANTES DEL PARTO

   Esto significa que María antes de concebir a Jesús no tuvo ningún comercio carnal humano y, además, que concibió al Señor milagrosamente, esto es, sin concurso de varón. La acción del germen viril fue suplida milagrosamente por Dios, "por obra del Espíritu Santo".

   La Sagrada Escritura:

   Isaías 7,14: "La virgen concebirá y dará a luz un hijo".

   Lucas 1,26: "el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una virgen, y el nombre de la virgen era María".

   Lucas 1,34-36: "¿Cómo será esto, pues no conozco varón?. El Espíritu Santo vendrá sobre tí y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra".

   Mateo 1,20: "José...no temas recibir a María, porque lo concebido en Ella es obra del Espíritu Santo".

   Mateo 1,16 y 18-25: "...Jacob engendró a José"; al citar la secuencia de las genealogías lo lógico sería continuar con esa secuencia diciendo José engendró a Jesús, en cambio se dice: "...María, de la cual nació Jesús". Por eso dice después: Lucas 3,23: "...hijo, según se creía de José".

  Razones de conveniencia:

1) Conviene que el que es Hijo natural de Dios no tenga padre en la tierra, que tenga un único Padre en el cielo para que la dignidad de Dios no se comunique a otro.

2) El Verbo, que fue concebido eternamente en la más alta pureza espiritual, debió también ser concebido virginalmente cuando se hizo carne.

3) Para que la naturaleza humana del Salvador estuviese exenta del pecado original, convenía que no fuese concebido por vía seminal, sino por concepción virginal . Lo contrario sería un absurdo, esto es, que Cristo tuviese necesidad de ser redimido. Se hizo igual en todo a nosotros, menos en el pecado (Hebreos 4,15).

4) Al nacer según la carne de una Vírgen, Cristo nos indicaba que los miembros de su Cuerpo Místico debían nacer, según el espíritu, de la Iglesia virginal.

LA VIRGINIDAD EN EL PARTO

   Esto significa que María dio a luz a su Hijo primogénito sin menoscabo de su integridad corporal y, además, que su parto fue sin dolor alguno. A Ella no le alcanzó el castigo que Eva recibió: "parirás a tus hijos con dolor" (Génesis 3,16). El parto, en consecuencia, fue milagroso y de carácter extraordinario.

   La Sagrada Escritura:

   Lucas 2,7: "Y dio a luz a su Hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo reclinó en un pesebre, porque en el mesón no había lugar para ellos".

   Este pasaje lo explica San Pío X, en su Catecismo, de ésta manera: el alumbramiento del Señor  fue semejante a "como un rayo de sol atraviesa el cristal sin romperlo ni mancharlo".

   Razones de conveniencia:

   Santo Tomás de Aquino se expresa de este modo:

1) El Verbo, que fue ciertamente concebido y que procede del Padre sin ninguna corrupción, debía al hacerse carne nacer de una Madre Vírgen conservándole su virginidad.

2) El que vino para evitar toda aquella corrupción, al nacer no debía destruir la virginidad de Aquella que le dio la vida.

3) El que nos ordena honrar padre y madre se obligaba a sí mismo a no disminuír, al nacer, el honor de su Santa Madre.

LA VIRGINIDAD DESPUES DEL PARTO

   Esto significa que María, después de dar a luz a su Hijo primogénito, virginalmente, permaneció siempre virgen hasta el final de sus días en la tierra, sin tener contacto alguno de varón y, en consecuencia, sin engendrar otros hijos.

   La Sagrada Escritura:

   Lucas 1,34: "...¿pues no conozco varón?". Estas palabras indican la resolución de María, opinión común, que había hecho voto de virginidad; lo cual significa que acepta la concepción virginal de Cristo (por obra del Espíritu Santo) y reafirma su deseo de permanecer siempre virgen.

   Mateo 1,25: "Y no la conoció hasta que dio a luz un hijo, al cual le puso por nombre Jesús". Las palabras de este versículo: "Y no la conoció hasta que dio a luz..." han inducido a algunos a interpretarlas en el sentido que después del nacimiento de Jesús, entre la Vírgen María y San José, hubo relaciones maritales. Al respecto debe tenerse en cuenta que en un sentido bíblico la partícula "hasta que" (donec), pretende resaltar lo que ya ha ocurrido hasta ese momento: la concepción virginal de Jesús. Esta misma partícula se encuentra en Juan 9,18 donde dice que los fariseos no creyeron en el milagro de la curación del ciego de nacimiento-hasta que-(donec) llamaron a los padres de éste; sin embargo, tampoco creyeron después. Por tanto, la partícula (hasta que) prescinde de la situación posterior.

   La Iglesia ha enseñado siempre la perpetua virginidad de María.  Juan 19,26: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Esto no hubiera ocurrido, no sería lógico, si María tuviera otros hijos que pudieran cuidar de Ella.

   Razones de conveniencia:

   Dice Santo Tomás:

 1) El que desde toda la eternidad es Hijo único del Padre, conviene que sea en el tiempo el Hijo único de María.

2) Sería un ofensa al Espíritu Santo, el cual santificó para siempre el seno virginal de María.

3) Si la dignidad de ser Madre de Dios supuso la virginidad antes y en el parto, esa misma dignidad sigue exigiendo tal virginidad después del parto.

CUESTIONES COMPLEMENTARIAS

   El matrimonio de José y María:

   Por razón de la perpetua virginidad de María, esto es, por su deseo de evitar todo contacto con varón, cabe preguntarse si a pesar de ello puede existir un verdadero matrimonio con José. Santo Tomás de Aquino responde diciendo que efectivamente hubo verdadero matrimonio, distinguiendo la forma y el fin del mismo.

1) La forma del matrimonio consiste en guardar indivisiblemente fidelidad el uno al otro.

2) El fin del matrimonio es la generación de la prole, que se obtiene por la cópula carnal, y la educación, que se obtiene por las obras de los esposos.

   En el caso de María y José, por cuanto a la forma, fue verdadero matrimonio puesto que se guardó la fidelidad. Por cuanto al fin, si se refiere a la cópula, entonces no hubo matrimonio consumado, pero en cuanto a tener prole si la hubo: Jesús, del que se ocuparon también de su educación.

   En otras palabras, la esencia del matrimonio consiste en el derecho sobre los cuerpos en orden a la procreación, pero, otra cosa es el uso de ese derecho, que puede usarse o no en razón de causas legítimas. De donde resulta que puede existir verdadero matrimonio, aún cuando este sea virginal.

   Dice Santo Tomás: "No puede negarse que María y José hayan contraído verdadero matrimonio por cuanto que María concibió y dio a luz a Cristo virginalmente y no de la unión con José. Con esto se quiere insinuar a los fieles casados que, aún guardada de común consentimiento la continencia, permanece el vínculo conyugal sin la unión de los cuerpos".

LOS SUPUESTOS HERMANOS DE JESUS

   1) En la antiguedad la cuestión de la virginidad después del parto se debatió entre dos posturas erróneas y opuestas:

   a) Por las teorías dualistas y maniqueas que, al exaltar sólo al espíritu y condenar la materia, consideraban perverso el matrimonio y, por ello, querían presentar la virginidad perpetua de María como una confirmación de sus teorías.

   b) Por Helvidio, adversario de los maniqueos, quien para combatirlos cayó en el despropósito de presentar a María como madre ejemplar de una familia numerosa.

   San Ambrosio, San Jerónimo y San Agustín asumen la tarea, entre otros, de purificar la verdad de la Perpetua Virginidad de toda falsa motivación.

   2) En tiempos modernos protestantes y racionalistas (para negar la perpetua virginidad) han inventado que Jesús tuvo otros hermanos, apoyándose, para ellos, en ciertos pasajes de la Escritura donde se hace mención de "los hermanos de Jesús", cuando en realidad esos supuestos hermanos no son sino parientes cercanos. Esto lo podemos comprobar con los siguientes textos:

   Si vemos el pasaje:

   Mateo 13,55-56: "¿...sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? y sus hermanas ¿no viven entre nosotros?".

   Y lo comparamos con:

   Mateo 27,56: "María, madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo". Vemos que de esos "hermanos" se da el nombre de su madre, que es distinta de la Vírgen.

   Lo anterior se confirma en Juan 19,25: "...estaban su Madre y la hermana de su Madre, María, esposa de Cleofás". Como puede verse confundieron a María la Madre de Jesús y esposa de San José, con otra María madre de Santiago y José, y esposa de Cleofás.

   Se pueden ver también los siguientes textos, donde se testimonia que esos supuestos hermanos son, en realidad, parientes: Marcos 15,40; 16,1; Juan 2,12; Gálatas 1,19.


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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)