BEATA MARÍA DEL PILAR NALDA FRANCO
9 de diciembre
1936 d.C.
Nació en Algodonales
(Cádiz), el 24 de mayo de 1871, fue bautizada con los nombres de Mª
Pilar de la Sma. Trinidad y de San Robustiano. Sus padres, Manuel (médico)
y su madre, Josefa, dedicada a las labores del hogar, acogieron como regalo
de Dios el nacimiento de su hija Pilar. Educada cristianamente, conoció
a las Hijas de la Caridad a través de la Asociación de las
Hijas de María. En el ambiente de oración y compromiso cristiano
de la Asociación escuchó la llamada de Dios y la siguió.
Quería ser continuadora de la misión de Jesucristo entre los
pobres, tal como lo hacían las Hermanas de la Compañía
de las Hijas de la Caridad.
Realizó la prueba en el Hospital de Santa Isabel de Jerez
de la Frontera y seguidamente ingresó en el Seminario, el 6 de octubre
de 1889, cumplidos los 18 años. Tuvo como formadora a la Sierva de
Dios Sor Justa Domínguez de Vidaurreta, en las clases de Cultura General
y Pedagogía.
Sus primeros pasos como Hija de la Caridad
Terminada la formación inicial, fue destinada al Hospital
de Mondoñedo y, unos años después, pasó al Hospital
Psiquiátrico de Leganés. Ya en 1900, cuando se amplió
la Escolaridad obligatoria a las Escuelas de párvulos, cursó
estudios de maestra parvulista y fue destinada al ministerio de la enseñanza
en las Escuelas Católicas de Cádiz y, seguidamente, en las
Escuelas de Dos Hermanas (Sevilla). En 1906 ya la encontramos en Bétera
(Valencia).
Sor Pilar fue una hermana abnegada y amante de los pobres, que
desempeñó su misión como maestra de Párvulos
con gran dedicación y entrega. En su vida de comunidad era muy observante
y cumplidora de sus deberes. Era de carácter alegre y campechano y
su simpatía atraía a todos. Su cálida acogida y entrega
fueron cauces de evangelización. Atraía a las adolescentes
y jóvenes a quienes se acercaba con las actividades extraescolares,
para las que tenía un especial ingenio y creatividad. Después
de las clases de párvulos daba clase a niñas mayores con las
que preparaba teatro, dirigía bailes regionales y cantos, pues estaba
muy bien dotada para la música. Sufrió el martirio el 9 de
diciembre de 1936, en el Picadero de Paterna, en las mismas condiciones que
sus compañeras de Comunidad.