BEATA MARÍA DE
LOS APÓSTOLES VON WULLENWEBER
25 de diciembre
1907 d.C.
Teresa
von Wüllenweber nació en el castillo de Myllendonk,
Alemania, siendo sus padres el barón Thedoro Wüllenweber y
la baronesa Elizabeth Lefort. Estuvo interna en el convento-escuela de
las benedictinas en Lieja (Bélgica) para formarse culturalmente.
Después trabajó durante siete años, en misiones
parroquiales en Myllendonk (Alemania). En 1857 ingresó en la
Congregación del Sagrado Corazón; donde emitió los
votos temporales y solamente estuvo seis años, pero aquello no
era su vocación. Buscando el lugar donde la Providencia la
quería pasó de un convento a otro: la Visitación
en Myllendonk,
con las Hermanas de la Adoración Perpetua. En 1871 hizo voto
misionero privado.
Tras largos
años de búsqueda, descubre que en Alemania se necesitan
nuevas fundaciones para enfrentar el Kulturkampf; lucha contra la
religión. Alquila un convento en Neuwerk y comienza una
fundación de "hermanas Misioneras Alemanas". La gente del pueblo
pensaba que el convento debía convertirse en hospital. Teresa
pensaba que debía servir para todo uso bueno. De hecho lo
primero que recibió fueron niñas huérfanas y
niños pobres.
El párroco
escribió unos estatutos para que todo funcionara. Teresa
insistía en normas conventuales. Las jóvenes que llegaban
lo tomaban como algo de paso. El alcalde quería que fuera un
hospital. Empresarios querían que fuera para sus empleadas en
dificultad. Desde Suiza, las Hijas del Divino Amor, hicieron un
contrato de colaboración, pero tuvo que romperse. También
estuvo en negociaciones con los misioneros Verbo Divino de san Arnold
Janssen, pero tampoco llegó a cuajar.
El 12 de abril de 1882
leyó una nota en una revista con el siguiente contenido:
Sociedad Apostólica Instructiva (SAI): fundada en Roma por Juan
Bautista Jordán con dos sacerdotes: Bernhard Lüthen y
Friedrich von Leonhardi. El propósito: extender, proclamar y
fortalecer la fe católica en todas partes del mundo en el
espíritu de los Apóstoles.
Fundación del
convento de Santa Bárbara en Neuwerk. Comienza la
fundación de la Congregación de las Hermanas del Divino
Salvador. En Neuwerk sigue trabajando durante unos años hasta
que Jordán la llamó para ir a Tívoli, cerca de
Roma para comenzar con la actual rama femenina de las Salvatorianas. Se
desprende fácilmente de la casona de Neuwerk y sale con
ánimo para Roma el 21 de noviembre de 1888. Llegadas a Roma con
varias candidatas de Munich que se incorporaron en el trayecto, se
prepararon con unos retiros para recibir el hábito el 8 de
Diciembre, quedando fundadas las salvatorianas. Teresa von
Wüllenweber, cambió su nombre por María de los
Apóstoles. En total eran 5 Hermanas. Jordán les
invitó a ser santas.
Se comenta de ella,
que en el trato con las jóvenes fue siempre amable, y que la
trataban como una compañera más que como una superiora.
Aunque el guión de superioras de entonces exigía ser
duras, y exigir con frecuencia humillaciones, que probaran a las
candidatas, sin embargo supo disculparse cuando a alguna por esos
motivos se le salían las lágrimas.
En diciembre de 1905,
a pesar de su edad y sus achaques fue reelegida como Superiora General
por unanimidad, queriendo mostrar así el amor hacia ella y la
unidad congregacional. Su carácter fue sencillo y afable, su
conversación amigable y espontánea, su forma de vida
-aún siendo baronesa- sencilla, pobre y abnegada. Su entrega:
radical, constante y perseverante.
El testamento de los fundadores disponía que toda la vida de las
hermanas fuese dedicado al apostolado como expresión del amor de
Cristo Salvador que invita a dedicarse como los Apóstoles, de
modo que todos puedan obtener la plenitud de la vida y de la
salvación. Trabajan en la educación, misiones, ayuda en
el trabajo pastoral y cuidado de los enfermos. El Papa el beato
Pablo VI beatificó a la Madre María de los
Apóstoles el 13 de Octubre de 1968 destacando durante su
homilía «su espíritu misionero en un tiempo en que
no había mujeres misioneras».