BEATA MARÍA
ANTONIETA BANDRÉS ELÓSEGUI
27 de abril
1919 d.C.
Nació en Tolosa, Guipúzcoa, en el seno de una familia
burguesa. Desde muy joven estudió en el colegio de las Hijas de
Jesús. Fue un modelo admirable para su familia, y para cuantos
le rodeaban, sintió una gran preocupación por los pobres
y realizó un gran trabajo evangelizador y social en los
suburbios de Tolosa y con las obreras de los sindicatos.
En 1915 ingresó como religiosa de la
Congregación de Hijas de Jesús (Jesuitinas) en Salamanca.
Dedicada totalmente a Dios, superó pruebas y en breve tiempo
consumó su vida, ya que su salud no fue muy buena, y pronto
comenzó a debilitarse. El médico que la atendió el
doctor Filiberto Villalobos, se maravilló por su entereza de
ánimo ante la enfermedad y lo contaba a sus amigos, Miguel de
Unamuno e Indalecio Prieto, y penetró en el ánimo de
estos agnósticos intelectuales que comenzaron hacerse preguntas.
Dios había aceptado el ofrecimiento que de su vida hizo
María, por la salvación de su tío Antón
Bandrés. Murió en Salamanca siempre dando ánimos a
todos. Fue beatificada por Juan Pablo II el 12 de mayo de 1996.