BEATO MARCOLINO AMANNI
2 de enero
1397 d.C.



   Nació en Forlí e ingresó en los dominicos siendo muy joven, a los 10 años de edad; fue un religioso modelo que destacó por la exacta observancia de las reglas, el amor a la pobreza y a la obediencia, pero sobre todo, el espíritu de humildad, que le impulsaba a evitar todas las ocasiones de hacerse notar, encontrando su mayor gozo en el ejercicio de los oficios más bajos y humildes.

   Se nos dice también que practicaba rigurosas penitencias corporales, que amaba mucho a los pobres y a los niños, y que el cielo le favorecía con frecuentes éxtasis. Tan prolongadas y constantes eran las oraciones de Marcolino que, a su muerte, se descubrió que sus rodillas eran dos enormes callos.

   El beato Raimundo de Capua, superior general de la orden de Santo Domingo, tenía en alta estima al P. Marcolino, aunque la timidez de éste le había impedido colaborar activamente en la reforma de la Orden de Predicadores, a raíz de la peste negra y de las dificultades producidas por el Gran Cisma. El P. Marcolino, que había predicho su muerte, según se cuenta, falleció en Forli, a los ochenta años de edad.

   Para sorpresa de sus hermanos, a cuyos ojos había pasado inadvertida la santidad del religioso, una gran multitud asistió a sus funerales, congregada, según dice la leyenda, por un ángel disfrazado de niño que había anunciado la noticia por los alrededores. Su culto fue confirmado por el Papa Benedicto XIV el 9 de mayo de 1750.

Página Principal
(Pbro. José Manuel Silva Moreno)