BEATA LUTGARDA DE
WITTICHEN
1348 d.C.
16 de octubre
Nació en Schenkenzell en Kinzigtal (Selva negra,
Alemania) en el seno de una familia de campesinos. A los dos
años, sufrió una deformación física, se
asoció a las beguinas de Oberwolfach. Después de 20
años de vida pobre y mortificada, bajo inspiración
divina, erigió un convento para 34 religiosas según la
regla de san Francisco, para cuya fundación recogió ella
misma los fondos pidiendo; pronto la comunidad alcanzó los 70
miembros. Después del incendio del monasterio (1327) se propuso
reconstruirlo y para ello pidió ayuda también en Alsacia,
en Suiza y a Inés de Hungría en Kónigsfelden.
Obtuvo en Aviñón (1332) la confirmación de su
comunidad regular de la Tercera Orden, transformada después
(1376) en monasterio de clarisas y secularizada en 1803.
Lutgarda se distinguió en la meditación de
la vida y de la pasión del Señor y en la oración
por la Iglesia por los problemas de los papas de Aviñón
con Luis el Bávaro y por la Iglesia se ofreció como
víctima de expiación. Devotísima del Sagrado
Corazón y de las almas del purgatorio, recomendó estas
prácticas a sus religiosas. “Asidua en la oración por la
conversión de los pecadores, un día vio la imagen del
Crucifijo del que salía sangre de todas sus heridas, y
después mucha gente que se refugiaba en el Corazón de
Él”. En la extrema pobreza del convento, Lutgarda con sus
religiosas gozó de la alegría sobrenatural. Fue sepultada
en la iglesia conventual, hoy parroquial de Wittichen. Su culto
todavía no ha sido confirmado.