BEATO LUQUESIO DE
POGGIBONSI
28 de abril
1260 d.C.
Nació en Gaggiano de Siena. En su juventud quiso dedicarse a la
carrera de las armas luchando junto con los güelfos, pero se
estableció en Poggiobonsi dedicándose a la
mercadería. Con el tiempo, su alma, endurecida por la avaricia,
como la de su mujer la beata Bonadonna, fueron haciéndose
más generosa, no se sabe la razón, pero repartieron sus
bienes entre los pobres, reservándose sólo un
campo, que trabajó con sus propias manos.
Escucharon una predicación de san Francisco de Asís en
su pueblo y le dijeron al santo estar dispuestos a encerrarse en un
claustro si ésta fuera la forma de servir a Dios. Se dice que
fue entonces cuando san Francisco tuvo la idea de crear la Orden
Tercera en la que pueden profesar los seglares sin abandonar el mundo.
Decidieron pedir a Francisco ingresar como Terciarios franciscanos y
con ellos se fundó la Tercera Orden franciscana. Vivieron
entregados a la piedad y a las obras de misericordia, atendiendo a los
enfermos en el hospital del pueblo, Lucchesio murió
después de su mujer.
Muchos episodios, prodigiosos o edificantes se narran
acerca del resto de su vida, que ciertamente se desarrolló
santamente, en busca de una perfección siempre creciente,
siguiendo cada vez más estrictamente la regla dada por san
Francisco para la Tercera Orden. Luquesio y Buonadona fueron los
primeros en practicarla, como medio de honestidad, de paz y de amor en
la tierra, y de eterna bienaventuranza en el cielo. Luquesio
murió el 26 de abril de 1260 y su cuerpo se venera en la iglesia
de los hermanos menores de Poggibonsi junto a los de su esposa.
Inocencio XII, en 1694, concedió oficio y misa en su honor. El
culto a Buonadona no se encuentra recogido en el Martirologio
Romano, aunque en las hagiografías suelen presentarse juntos.