BEATO LORENZINO SOSSIO
15 de abril
1485 d.C.
En la
zona rural entre Bassano y Morostica apareció el cadáver
de un niño de cinco años, muerto en circunstancias
misteriosas. El encendido clima antisemítico, provocado y
alimentado por calumnias interesadas de infanticidios rituales de los
judíos y de los consiguientes montajes judiciales en toda
Europa, hizo pensar que aquello era otro infanticidio ritual perpetrado
por los judíos de Bassano.
Faltan noticias
seguras sobre un proceso, aunque se sabe que la acusación
provocó la expulsión de los judíos de Vicenza y
del todo el territorio vicentino decretada por el dogo Marco Barbarigo
el 21 de abril de 1486. El anónimo niño, que fuentes
tardías llamaron Lorenzino Sossio, fue enseguida venerado como
mártir como había ocurrido con otros niños
mártires del odio judío. Su cuerpo fue trasladado a
Marostica.
Los verbales de la visita pastoral realizada por el obispo de Padua,
Pietro Barozzi, el 14 de octubre de 1488, el cuerpo del niño
desconocido, era venerado en la iglesia de San Sebastiano por los
feligreses. El obispo, examinado el cuerpo, desaprobó el culto y
declaró que no había ningún milagro. El culto
continuó, a pesar de la prohibición, con el tácito
consenso de los obispos de Padua y más tarde de Vicenza, cuando
Marostica pasó a esta última diócesis, y
terminó con la aprobación de la Santa Sede en 1867 en
virtud del culto "ab immemorabili"; aunque actualmente su culto
litúrgico ha sido abandonado tras las nuevas disposiciones
postconciliares del Concilio Vaticano II.