¿QUÉ ES LA LEYENDA NEGRA?


La leyenda negra es un intento de desprestigiar la Iglesia Católica mediante acusaciones falsas.

¿Cuándo empezó la leyenda negra?

Desde un principio de la historia de la Iglesia. Se acusó a Jesús de ser un criminal. De otra manera, ¿por qué fue ajusticiado por Roma? Los cristianos eran acusados de ser unos supersticiosos, que vivían al margen de la ley. Según su manera de ver, los cristianos debían su fuerza a invocaciones y conjuros, magias y trucos, empezando por el mismo fundador, Jesús de Nazaret, un necio, hechicero y embustero. Llegaron hasta acusar a los cristianos de realizar rituales espantosos,  asesinando y comiéndose a un niño envuelto en harina.

¿Qué hicieron los cristianos frente a estas falsas acusaciones?

Se defendieron mediante la obra de hombres santos y cultos, que se dieron a la tarea de desenmascarar estas falsas acusaciones y aclarar la verdadera enseñanza de Jesús. Entre ellos recordamos a San Justino Mártir, Taciano, Ireneo de Lyón, Hipólito de Roma, Tertuliano, San Atanasio, Clemente de Alejandría, Orígenes, etc., llamados “apologistas». Apología significa defensa.

Actualmente, ¿existe la leyenda negra?

Claro que sí. Es lo que están haciendo los grupos sectarios, acusando a los católicos de ser idólatras, borrachos, adúlteros, engañadores, ignorantes en la fe, etc. Según ellos, en la Iglesia Católica se prohíbe estudiar la Biblia, para que el pueblo no conozca la verdad. La misma Iglesia Católica es presentada como la ramera, Babilonia la grande y la bestia del Apocalipsis. El Papa es considerado como el anticristo, el peor enemigo de la fe y de la humanidad entera.

Con relación al pasado, se exageran las culpas de la Iglesia (Ver:  «Inquisición» y «Cruzadas»).

¿Qué tenemos que hacer frente a esta situación?

Defendernos, como se ha hecho desde un principio. Con una diferencia: antiguamente se trataba de un diálogo entre hombres cultos, sea cristianos que paganos; hoy se trata de ayudar a la gente a no dejarse confundir por los enemigos de la fe católica, que evitan cualquier diálogo con los católicos preparados

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)