LETANÍAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SACERDOTE Y VÍCTIMA



Letanías de Nuestro Señor Jesucristo Sacerdote y Víctima

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.  
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos. 
Cristo escúchanos. Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad que eres un solo Dios,

Jesús, Sacerdote y Víctima, 
Jesús, Sacerdote eterno según el orden de Melquisedec, 
Jesús, Sacerdote a quien Dios envió para evangelizar a los pobres, 
Jesús, Sacerdote que en la última cena instituiste la forma del sacrificio perenne, 
Jesús, Sacerdote que siempre vives para interceder por nosotros, 

Jesús, Pontifice a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo y con poder, 
Jesús, Pontífice tomado de entre los hombres, 
Jesús, Pontífice constituido en favor de los hombres, 
Jesús, Pontífice de nuestra fe, 
Jesús, Pontífice más glorioso que Moisés, 
Jesús, Pontífice del verdadero tabernáculo, 
Jesús, Pontífice de los bienes futuros, 
Jesús, Pontífice santo, inocente y puro, 
Jesús, Pontífice fiel y misericordioso, 
Jesús, Pontífice inflamado por el celo de Dios y de las almas, 
Jesús, Pontífice perfecto para siempre, 
Jesús, Pontífice que por tu sangre penetrase en los cielos, 
Jesús, Pontífice que has iniciado un camino nuevo, 
Jesús, Pontífice que nos has amado y nos has lavado de nuestros pecados con tu sangre, 
Jesús, Pontífice que te has entregado a ti mismo a Dios como oblación y víctima,

Jesús, Víctima de Dios y de los hombres,
Jesús, Víctima santa e inmaculada,
Jesús, Víctima inmolada,
Jesús, Víctima pacífica,
Jesús, Víctima de reconciliación y paz,
Jesús, Víctima por quien tenemos acceso confiado a Dios,
Jesús, Víctima que vives por los siglos de los siglos,

Muéstrate propicio. Perdónanos, Jesús.
Muéstrate propicio. Escúchanos, Jesús.

Del paso temerario a las sagradas órdenes, líbranos, Jesús.
De pecado de sacrilegio,
De espíritu de incontinencia,
De las ganancias deshonestas,
De toda mancha de simonía,
De la indigna administración de los bienes de la Iglesia,
Del amor del mundo y de sus vanidades,
De una indigna celebración de tus misterios,

Por tu eterno sacerdocio,
Por la santa unción con que Dios Padre te ha constituido sacerdote,
Por tu espíritu sacerdotal,
Por aquel ministerio con que glorificaste a tu Padre sobre la tierra,
Por la cruenta inmolación de ti mismo, hecha una vez para siempre, en la cruz,
Por aquel mismo sacrificio renovado todos los días en el altar,
Por aquel divino poder que ejercitas de modo invisible en tus sacerdotes,

Para que conserves en santidad y fidelidad al orden sacerdotal, te rogamos, óyenos.
Para que otorgues a tu pueblo pastores según tu corazón,
Para que los llenes con el espíritu de tu sacerdocio,
Para que los labios de tus sacerdotes sean fuente de sabiduría,
Para que envíes obreros fieles a tu mies,
Para que multipliques los dispensadores de tus misterios,
Para que les concedas perseverar en el cumplimiento de tu voluntad,
Para que les concedas mansedumbre en el ministerio, prudencia en la acción y constancia en la oración,
Para que promuevas por medio de ellos la devoción al Santísimo Sacramento en todas partes,
Para que recibas en tu gozo a los que te han servido bien,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor. 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor. 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

Jesús, Sacerdote, óyenos. 
Jesús, Sacerdote, escúchanos.

Oremos. Oh Dios, santificador y protector de tu Iglesia, suscita en ella, por medio de tu Espíritu, dispensadores idóneos y fieles de tus misterios, para que, por su ejemplo y ministerio, el pueblo cristiano se encamine bajo tu protección por el camino de la salvación. 
Tú, que mandaste segregar a Pablo y Bernabé para la misión para la que los habías llamado mientras los discípulos celebraban el culto del Señor y ayunaban, hazte presente ahora en tu Iglesia en oración, y tú que conoces todos los corazones, muestra a quiénes has elegido para tu servicio. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)