BEATO LANUINO
11 de abril
1120 d.C.
Discípulo de san Bruno, nacido como él en Francia, y que
lo acompañó a Italia y en el 1089, fueron llamados a Roma
por el Papa San Urbano II, para pedirles su consejo y apoyo, en los
difíciles momentos que atraversaba la Iglesia.
Juntos se retiraron,
después de dos años, al eremo de Santa María della
Torre, en la diócesis de Squillace en Calabria, comenzando de
este modo la vida eremítica y contemplativa en la región
que tomó cuerpo con la regla cartujana, fundada en Chartreuse en
Francia por san Bruno. Desde 1091 todos los documentos y bulas, sean
normandas como pontificias, fueron siempre dirigidas a Bruno y Lanuino.
San Bruno murió
en 1101 en la cartuja de Serra de San Bruno, y parecía natural
que le sucediera en la dirección de la cartuja, Lanuino, pero
esto ocasionó bastantes dudas en algunos monjes. El Papa
envió a un legado a presidir el Capítulo, compuesto por
32 monjes que constituían la cartuja de Calabria y Lanuino fue
elegido Maestro; el papa Pascual II con la bula del 26 de noviembre de
1101, se alegró con él y lo invitó a pasar la
Cuaresma en Roma.
Bajo su
dirección, que duró 15 años, la cartuja de
Calabria tuvo una gran importancia, tanta que pudo competir con los
más famosos monasterios benedictinos de la región.
Favorecido por los reyes normandos, que la aprovisionaron de hombres y
medios, edificó la grandiosa construcción de la cartuja,
que vivió según el espíritu de san Bruno;
organizó la vida religiosa; y proveyó los monasterios
bajo su dependencia. El papa Pascual II lo tuvo en gran
consideración, son una decena de encargos, misiones,
intervenciones que tuvo que desarrollar en Calabria; además fue
nombrado visitador apostólico de todos los monasterios de
Calabria.
Lanuino fue un genuino
intérprete y heredero más autorizado del espíritu
cartujo, como lo había querido San Bruno. Murió, en una
fecha todavía no concreta, lleno de méritos. Siempre se
le ha tributado culto como beato y
éste fue confirmado por León XIII el 14 de enero de 1893.