BEATO JUSTO RAMÓN PIEDRAFITA
24 de agosto
1936 d.C.



   Llevaba años viviendo en Madrid, C/ Zurbano, 53, como portero de  la  finca.  Los  testigos  lo  recuerdan  alto  y delgado, serio y respetuoso. Tenía un gran porte. Era el clásico conserje, vestido de librea, siempre presente en la puerta de la casa señorial y siempre dispuesto al servicio de todos los vecinos. La devoción a María que había adquirido desde niño en su familia y en el colegio de los Padres Salesianos de Huesca, le llevó a ingresar en la Asociación mariana de la basílica. Él se mostraba orgulloso de ser Caballero de la Milagrosa. Tuvo siempre colgada a la cabecera de su cama, junto al crucifijo, la medalla con el cordón blanco y azul que después usaron sus hijos. Fue directivo de un sindicato católico de porteros.

   MARTIRIO: Le denunció, e hizo alarde de ello, el portero de una finca vecina. Justo fue detenido en varias ocasiones, la primera el 8 de agosto de 1936 por las milicias de los Leones Rojos, dependientes de comercio de la UGT que lo condujeron al comité establecido en Martínez Campos, 23 y 25, edificio de los duques de Torrearias, logrando ser puesto en libertad después de haber pasado por la checa oficial del comité provincial de investigación pública, sita en el edificio del círculo de Bellas Artes, Alcalá, 40. El día 15 del mismo mes, fue detenido por unas milicias comunistas que lo llevaron a un centro que en Chamartín hacía las veces de checa del Radio Comunista de dicha barriada. También fue puesto en libertad. Finalmente, el 22 de agosto, fue nuevamente detenido en su domicilio por milicias socialistas. La esposa consiguió seguirles hasta la puerta de la checa Socialista del Norte, sita en Martínez Campos, 8, convento de las Esclavas, donde fue rechazada, quedando allí detenido su marido. Ella volvió a dicha checa aquella misma tarde, tratando de que pasasen a su marido ropa y alimentos, contestándole los milicianos de la checa, que no le hacía falta nada. La última noche de su vida la pasó preso en el Cuartel de la Montaña con un médico y periodista santanderino y dos sacerdotes que les confesaron y les confortaron. De madrugada mandaron salir a los sacerdotes y los asesinaron. A continuación hicieron lo mismo con Justo. Era el 23 de agosto de 1936. Al médico lo libró uno de los milicianos y él fue quien facilitó estos detalles el año 1939.

   En las dos semanas de persecución y muerte de Justo Ramón Piedrafita (8-23 de agosto de 1936) fueron martirizados pasando por la misma checa, los cuatro compañeros de la Asociación cuyas biografías presentamos a continuación.

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(Parroquia San Martín de Porres)