JULIO III
1550-1555 d.C.



   Juan María del Monte no fue digno de la difícil misión que le tocaba. El nepotismo volvió a imperar en el Vaticano, y las fiestas, el juego, las corridas, introducidas en la corte pontificia por Alejandro VI, atrajeron al Papa más que los asuntos de la Iglesia. En enero de 1547 había fallecido Enrique VIII; en marzo del mismo año, Francisco I. Con María, hija de Enrique y esposa de Felipe II, la Iglesia de Inglaterra volvió al orbe católico. Sin embargo, en Francia las cosas empeoraron y el nuevo rey, Enrique II, retiró a los delegados franceses del Concilio de Trento, convocado por el Papa, el 1 de mayo de 1551. El motivo oficial de esta retirada era que Francia se sentía libre de cualquier herejía y no necesitaba participar en un concilio en el que se trataba precisamente de la herejía. El verdadero motivo era la intención de Enrique II de congraciarse con los príncipes protestantes, con lo que concluyó una alianza en 1552. Como compensación por su ayuda, Francia recibía parte de la Lorena y Verdún.

   El concilio, a pesar de la defección francesa, siguió su curso y tomó importantes decisiones acerca de la Eucaristía, la Penitencia, la Extremaunción, etc. Los esfuerzos del emperador para convencer a los protestantes de que enviaran delegados delegados al concilio fracasaron. Y cuando la guerra estalló otra vez entre el emperador y los príncipes protestantes apoyados por Francia (que, al mismo tiempo, perseguía a los protestantes en su propio territorio), el concilio tuvo que suspender sus trabajos por espacio de dos años, ya que las tropas herejes avanzaban hacia Trento.

   Pocos recuerdos quedan de Julio III. La Villa Julia, de Roma, el actual museo etrusco, fue construida bajo su pontificado. En 1551 nombró a Palestrina director de la Capilla de San Pedro. El famoso músico le dedicó el primer tomo de sus Misas cantadas, en 1554.

Página Principal
(Pbro. José Manuel Silva Moreno)