BEATO JUAN NEPOMUCENO
DE TSCHIDERER
3 de diciembre
1860 d.C.
Nació en Bolzano en el seno de una noble familia. Después
de estudiar con los franciscanos de su ciudad, pasó a Innsbruck,
al Ateneo, una institución que religiosamente es de un claro
josefinismo, y de muy relajada vida religiosa, aunque él
evitó ambos peligros. Fue ordenado sacerdote en 1800, y
después de un tiempo como coadjutor de Loagomosio, en 1802
marcha a Roma, donde el papa Pío VII lo nombra protonotario
apostólico. Vuelto a su diócesis fue enviado a la
parroquia de Ulterino, hasta que fue trasladado al seminario diocesano
de Trento como profesor de Moral y Pastoral. Hizo cuanto pudo en este
puesto desde el punto de vista moral y pastoral, pero él
prefería la vida de la parroquia. Fue enviado a las parroquias
de Sarno y Meano, sucesivamente. Siete años en la última
fue nombrado canónigo de la catedral de Trento,
sintiéndolo mucho tanto él como sus feligreses. En 1827
fue nombrado provicario de la zona de habla alemana de la
diócesis.
En 1832 fue nombrado
obispo auxiliar de Bressanone y titular de Helenópoli para la
zona de Voralberg, en cuya capital, Feldkirk, tuvo lugar su
consagración episcopal. Fue un gran pastor y en 1874, le
nombraron obispo de Trento. El emperador Francisco I de Austria le
había restituido a su predecesor el título de
príncipe-obispo, aunque sin mando efectivo en lo temporal, y
éste fue el título que uso nuestro beato durante su vida.
Fue modélico su mandato en la diócesis durante 25
años. Hizo muchas visitas pastorales, corrigió abusos,
puso gran celo en que la doctrina fuera la más ortodoxa,
luchando contra el jansenismo y el febronianismo. Siempre estuvo al
lado de la Santa Sede, luchando contra el josefisnismo. Fomentó
la catequesis, cuidó mucho la formación en los
seminarios, y viendo que había muchas vocaciones sacerdotales
dentro de los pobres, creó un seminario para ellos. Los
indigentes fueron objeto de su celo y realizó muchas casas de
beneficiencia, entre ellas la casa para sordomudos. Murió en
Trento. Fue beatificado por Juan Pablo II el 29 de Abril de 1995.