BEATO JUAN HARA MONDO
SUKE
4 de diciembre
1623 d.C.
El
samurai Juan Hara Mondo es el único que pudo ser escogido, entre
los cuarenta y siete laicos que, junto con tres religiosos, fueron
quemados vivos en la colina de Shinagawa, a la entrada de Tokio, en la
presencia de una inmensa muchedumbre y de numerosos "daimyós",
que acudieron a Edo (Tokio) de todo Japón, para celebrar el
inicio del gobierno del nuevo shôgun, Tokugawa Yemitsu, que
había dado la orden de eliminar a todos los cristianos. Era el 4
de diciembre de 1623. Además de los cuarenta y siete laicos, de
los que se destaca como representante Juan Hara Mondo, había en
el mismo grupo tres religiosos: un franciscano y dos jesuitas, que ya
fueron beatificados en 1867, juntamente con otros doscientos cinco.
El samurai Hara Mondo
procedía de familia enlazada con el emperador Kammu (782-805).
Servía como paje del shôgun Tokugawa, se bautizó en
Osaka cuando tenía unos trece años. En su primera
juventud fue acusado de faltas graves dentro de la corte, pero luego
consta que vivió una vida cristiana ejemplar. Se han documentado
los detalles más importantes de su vida. El shôgun
Tokugawa Ieiasu, hacia 1612 había iniciado abiertamente la
persecución, intentando hacer apostatar a sus vasallos
cristianos.
Ya en 1612, Juan Hara Mondo, por no querer renunciar a su fe,
recibió la orden de destierro, pero se ocultó para poder
propagar el cristianismo. En 1615 fue descubierto, encarcelado y
condenado. Le imprimieron en la frente con hierro candente una cruz y
le mutilaron los dedos de manos y pies. Pudo todavía vivir
oculto y sirviendo espiritualmente a la comunidad cristiana, desde una
leprosería. En 1623 fue delatado y, junto con otros cristianos,
condenado a morir en la hoguera. Todos murieron "invocando los
santísimos nombres de Jesús y María" y "no hubo
entre ellos quien se moviese".