BEATO JUAN FINCH
20 de abril
1584 d.C.
Juan Finch (1543 - 1584). Nació en Eccleston
(Inglaterra), en el seno de una familia protestante. Heredó de
su padre una granja, y se casó con una joven también
protestante, que aportó al matrimonio otra granja, con lo que
pudo vivir desahogadamente. Tuvo una crisis espiritual, y
decidió convertirse al catolicismo. Entusiasmado por su nueva
fe, la practicó asiduamente y se ofreció para
acompañar a los misioneros en sus idas y venidas clandestinas
para la administración de los sacramentos.
Fue
delatado por un católico fingido, y fue arrestado en la casa del
conde de Derby, quien intentó atraerlo de nuevo a la fe
anglicana y a que revelase el nombre de otros católicos, de nada
valieron las amenazas y presiones, entonces le enviaron a la
cárcel de New Fleet, donde tenía que mantenerse con su
propio dinero. Cuando sus recursos se acabaron fue trasladado a otra
cárcel. Se negó a ir a una iglesia protestante, y lo
llevaron arrastrando por los pies, llegando a una situación
lamentable por las piedras del camino, y a su vuelta fue encerrado en
un inmundo calabozo debajo de un puente.
Cedió y consintió que le llevaran de nuevo a una iglesia
protestante, pero se arrepintió enseguida y fue devuelto al
calabozo. Se enteró de que varios sacerdotes habían sido
llevados a Lancaster para ser juzgados, pidió que lo llevaran
con ellos y se lo concedieron. Pudo así consolarse con los
mártires, confesarse con Jaime Bell. En 1584 lo juzgaron y
confesó públicamente su fe, y fue condenado por haberse
reconciliado con la Iglesia católica, haber oído misa y
negar la supremacía espiritual de la reina. Al serle leía
la sentencia dijo las palabras del salmo: “Bendeciré al
Señor en todo momento”. Murió bendiciendo a Dios y
consolando a sus parientes y amigos. Murió ahorcado y
descuartizado en Lancaster. Fueron beatificados el 15 de diciembre
de 1929 por Pío XI.