BEATO JOSE MARIA GONZALEZ SOLIS
1936 d.C.
2 de octubre
El P. José María
González Solís nació en Santibáñez de
Murias (Asturias, 15 de enero de 1877), aprendiendo la piedad cristiana desde
su infancia en su ambiente familiar. Ingresó en la Orden Dominicana,
donde hizo la Profesión Solemne el 6 de enero de 1897 (Convento de
Corias). Fue ordenado sacerdote el 10 de marzo de 1900, en el templo conventual
de San Esteban de Salamanca.
Fue destinado como profesor sucesivamente a Vergara, Segovia
y Madrid. Fue Prior del Convento de Padrón (Coruña) luego del
importante Convento de San Esteban de Salamanca. Presidió el Capítulo
Provincial de 1926, donde fue elegido Síndico de la Provincia. Ese
cargo lo desempeñó «con gran talento y con al aplauso
de toda la Provincia hasta el final de su vida» (Summ., Comisión
Histórica, p. 149).
Siempre fue considerado como excelente religioso, muy ordenado
y cumplidor de sus deberes (en la oración y en el trabajo), amigo
de la celda (cfr. Summ., p. 19, art. 14-15). Para restablecer su salud, algo
quebrantada, y para impartir Ejercicios a las monjas, fue enviado el 1 de
julio de 1936 al Convento de las monjas de Quejana, donde compartió
la vida comunitaria con el S. de D. P. Raimundo González (Capellán)
y donde le sorprendió la persecución. Durante los días
anteriores al encarcelamiento, conservó la paz, vestía el hábito
dominicano y celebraba la Santa Misa (cfr. Summ., pp. 130-131, nn. 7-9).
Relato de su martirio
Los dos Beatos se encontraban en Quejana al inicio de la persecución.
Como se ha dicho, el P. Raimundo Joaquín González era el Capellán
en la Vicaría del Convento de las Madres Dominicas: el P. José
María Solís se encontraba allí desde el 1 de julio para
reponerse de su salud y para impartir unos Ejercicios a las monjas. El día
21 de julio se personó en el Convento la "Guardia Roja" para revisar
si había armas, obligando a los Padres a que les guiaran en el registro
(cfr. Summ., p. 133, n. 6). Algunos milicianos tomaron posiciones en el Convento
(cfr. Summ., p. 129, n. 6).
Durante aquellos primeros días, los Padres hacían
la vida ordinaria, pudiendo celebrar Misa todos los días (cfr. Summ.,
pp. 129-131). Los Beatos se mostraban tranquilos y, en su predicación,
instaban a orar para que terminara la guerra (cfr. Summ., p. 134, n. 9).
El día 25 de agosto, un grupo de milicianos armados llegaron al Convento
y se llevaron detenidos a los dos Beatos para conducirlos a Bilbao, primero
a "La Bilbaína" y luego a la cárcel de Larrínaga (cfr.
Summ., p. 42, n. 10).
Habían sido detenidos mientras paseaban cerca de la iglesia,
obligándoles a vestirse de paisano y subir a un camión donde
ya había otros detenidos (cfr. Summ., p. 134, n. 9). Por testigos
visuales, consta de muchos detalles de la vida de los Beatos durante su encarcelamiento,
destacando por su serenidad y conformidad con la voluntad de Dios.
A finales de agosto o inicio de septiembre de 1936, fueron trasladados
con otros prisioneros desde la cárcel Larrínaga al barco-prisión
"Cabo Quilates", donde fueron encerrados en la bodega número 3 (cfr.
Summ., pp. 37, 124, 136). En el recinto de 150 metros cuadrados había
178 presos (cfr. Summ., p. 14, nn. 51-52).
Los presos, especialmente los religiosos, sufrían malos
tratos y frecuentemente les hacían subir a la cubierta para trabajar
en malas condiciones, escarneciéndolos, blasfemando y obligándolos
a cantar la "Internacional" (cfr. Summ., p. 33, n. 10).
Hubo una matanza de presos el día 25 de septiembre, después
de haberlos hecho subir a cubierta. El día 2 de octubre, los verdugos
leyeron una lista de unos 40 presos, entre los que se encontraban los dos
Beatos, que fueron asesinados en la cubierta (cfr. Summ., pp. 31-32). Son
numerosos los testigos que dan fe de esta matanza, indicando los nombres
de los dos Beatos (cfr. ibídem, pp. 35-37, 44, 122-123, 126-128, 137-
138). Los cadáveres de los dos Beatos fueron colocados primero en
el cementerio municipal de Santurce y luego en el cementerio de Vista Alegre,
de Bilbao (cfr. Summ., Comisión Histórica, p. 148).
S.S. Benedicto XVI firmó el 10 de mayo de 2012 el decreto
con el cual se reconoce el martirio de los Siervos de Dios Raimundo Castaño
González y José María González Solís y
compañeros, lo cual permitirá su próxima beatificación
que se realizará, Dios mediante, el 13 de octubre de 2013.