BEATO JOSÉ GAFO
MUÑIZ
1936 d.C.
4 de octubre
Nació en Tiós, Campomanes (Asturias) el 20 de octubre de
1881, bautizado el mismo día; en la niñez pasaba los
días apacentando ovejas, chico verdaderamente inteligente,
ingresó en la escuela apostólica de Corias (Asturias);
profesó el 5 de noviembre de 1897; estudió
filosofía en Corias y teología en Salamanca,
presbítero a finales de 1905; desde la ordenación hasta
1936 su vida fue una no interrumpida campaña apostólica a
favor de la clase obrera. Estuvo en el colegio de Vergara
(Guipúzcoa), de 1907 a 1911, donde tuvo contacto con el gran
sociólogo P. Pedro Gerard; en Santo Domingo el Real de Madrid
colaboró con artículos de carácter social en la
prestigiosa revista «La Ciencia Tomista», rector del
colegio de Oviedo (1918-1921), de nuevo en Vergara y de nuevo en Santo
Domingo el Real. Con el P. Tomás Sánchez Perancho
recorrió de manera discreta buena parte de España en
busca de información sobre la situación de los obreros y
la cuestión social; en Barcelona recibieron información
directa de Ángel Pestaña. Desempeñó el
cargo de consejero de trabajo desde el cual inspiró la
creación de comités paritarios; en 1932 estuvo
encarcelado en el penal de Ocaña, donde realizó gran
labor apostólica a favor de los presos; elegido diputado a
Cortes en 1934 por la provincia de Navarra, en representación de
los sindicatos católicos. Buen religioso, observante y en la
actuación externa un hombre excepcional.
Por ausencia del prior estaba en funciones de superior del
convento de Santo Domingo el Real en julio de 1936, procuró
poner a salvo tanto a sus hermanos como a las dominicas del monasterio
vecino; con otros religiosos estuvo en una pensión unos
veinticinco días; optimista, con fe ciega en las clases
populares, pero sobre todo en la masa obrera; hasta escribió una
carta a Indalecio Prieto confiándole el cuidado de los libros y
documentos del P. Luis G. Alonso Getino y los suyos propios, pero todo
se destruyó. Lo detuvieron el 11 de agosto por su
condición de sacerdote y religioso; estuvo en los calabozos de
la dirección general de seguridad hasta el día 14, en que
lo llevaron a la cárcel Modelo; lo colocaron en la misma
galería en que estaban los PP. Alfredo Fanjul e Isabelino
Carmona, comprendidos en esta Causa. Muy consciente de que se buscaba
la eliminación y exterminio de los sacerdotes y religiosos por
razón de su fe. Lo sacaron en la noche del 3 de octubre, al
grito de: Padre Gafo, en libertad. Fue martirizado al amanecer del 4 de
octubre a pocos pasos de la puerta de la cárcel; al contemplar
la foto de su cadáver acribillado a balazos el agustino P.
Carlos Vicuña, compañero de prisión, exclamaba:
«Parecía dormido el gran batallador católico».