JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR



   Dios determinó salvar a la humanidad enviando una de las tres divinas Personas, para que se hiciera hombre y nos redimiera.

   La Segunda Persona, o sea el Hijo, fue la que se hizo hombre, tomando cuerpo humano en las entrañas de la Vírgen María. Y hecho hombre, se llama Jesucristo.

   El Redentor recibe los nombres de Jesús, Cristo y Nuestro Señor.

1.-Jesús significa Salvador. Es su nombre, por decirlo así, civil; nombre común entre los judíos, por el cual era conocido: "Jesús de Nazareth".

2.-Cristo, en hebreo, Mesías, significa ungido o consagrado. Se da este nombre al Redentor, porque en Israel eran ungidos los sacerdotes, reyes y profetas; y Cristo fue sumo Sacerdote, Rey y Profeta.

   Así como el nombre de Jesús hace referencia principal a su naturaleza humana, el nombre de Cristo la hace a la divina, como sinónimo de algo sagrado. Y la unión de ambos (Jesucristo) expresa la unión de las dos naturalezas.

   Cristo es Sacerdote, en cuanto ofreció el gran sacrificio de la Nueva Ley, y se constituyó mediador entre Dios y los hombres. Rey, porque todas las criaturas están sometidas a su dominio. Profeta, porque nos enseñó en nombre de Dios y nos reveló sus misterios.

   La unción de Cristo no fue con aceite material, como la de los sacerdotes y reyes de Israel; sino espiritual, en cuanto Dios lo llenó de toda suerte de gracias, y lo constituyó Rey Sacerdote Sumo.

3.-Jesucristo se llama Nuestro Señor, porque además de habernos creado en cuanto Dios junto con el Padre y el Espíritu Santo, nos rescató al precio de su sangre en cuanto hombre-Dios; y por eso es de modo especial nuestro Dueño y Señor.

FIGURAS Y PROFECIAS DEL REDENTOR

   Cristo es el verdadero Mesías, o enviado de Dios, porque en él se realizaron las figuras y profecías que anunciaban al Mesías prometido.

   Entre las figuras y las profecías hay esta diferencia: que la figura anuncia por medio de hechos o personas y la profecía por medio de palabras.

FIGURAS DEL MESIAS

   Las principales figuras del Mesías son: a) de su Pasión y Muerte, Abel, Isaac, la serpiente de bronce y el cordero pascual; b) de su resurrección, Jonás; c) de su sacerdocio, Melquisedec, y d) de su Iglesia, el Arca de Noé.

PROFECIAS SOBRE EL MESIAS

   Los profetas anunciaron el tiempo en que aparecería, las principales circuntanscias de su nacimiento, vida, pasión y muerte, su resurrección y ascensión y la fundación de su Iglesia.

1.-Acerca del tiempo en que aparecería: a) Daniel anunció que desde el edicto para reedificar a Jerusalén hasta la muerte del Mesías no alcanzarían a transcurrir setenta semanas de años (Daniel 9,24). Efectivamente a mediados de la última de las setentas semanas murió el Salvador; b) Jacob profetizó que el cetro real no sería quitado a la familia de Judá hasta la venida del Mesías (Génesis 49,10).

2.-Sobre su nacimiento: Miqueas profetizó que nacería en Belén; e Isaías que nacería de madre Virgen, saldría de la tribu de Judá y vendrían a adorarlo reyes de oriente.

   "He aquí que concebirá una virgen y dará a luz un hijo y será llamado Emmanuel, esto es, Dios con nosotros" (Isaías 7,14).

   "Y tú oh Belén eres pequeña respecto a las principales de Judá; pero de tí saldrá el que ha de dominar a Israel, el cual fue engendrado desde el principio, desde los días de la eternidad" (Miqueas 5,2).

3.-Sobre su vida: predijeron entre otras cosas que enseñaría públicamente teniendo por auditorio a los pobres (Isaías 61); sería taumaturgo, legislador y sacerdote eterno(Deuteronomio 18,18; Salmo 104,9); se mostraría indulgente.

4.-Acerca de su Pasión y Muerte: predijeron numerosas circunstancias, por ejemplo que sería vendido en treinta ciclos de plata (Zacarías 11,12), abofeteado y escupido (Isaías 50,6), azotado y despojado de sus vestiduras (Isaías 53,4), que echarían suertes sobre éstas (Salmo 21,29) y le taladrarían las manos y los pies , y le darían a beber hiel y vinagre (Salmo 15,10; 23,7).

5.-Sobre su Iglesia: anunciaron que el Mesías establecería un nuevo y purísimo sacrificio (Malaquías 1,11) y un nuevo sacerdocio; que fundaría un reino espiritual, el cual habría de extenderse hasta los confines del mundo, y nunca sería destruido (Isaías 9,7).

JESUCRISTO ES VERDADERO DIOS

   La doctrina sobre la divinidad de Cristo es de capital importancia. En efecto, si Jesucristo es verdadero Dios, se sigue que son divinas sus doctrinas, la Iglesia que fundó y las verdades que ésta nos enseña. Por el contrario si no fue Dios, ni su doctrina, ni su Iglesia son divinas, ni Él nos merece crédito, porque nos habría engañado al presentarse como Dios.

   Veamos, pues, las principales pruebas de su divinidad. Ellas son: 

a) Las profecías

   Las profecías, que como hemos visto se cumplieron en Cristo, lo designaban no sólo como Mesías, sino también como verdadero Dios.

   Así los profetas:

1.-Le daban nombres que sólo a Dios pueden aplicarse, por ejemplo, el admirable, el justo, el santo de los santos.
2.-Le dieron el nombre de Dios. Isaías dice: "El mismo Dios vendrá en persona y os salvará" (35,4). Y en otro lugar: "He aquí que una virgen dará a luz un hijo, y su nombre será Emmanuel, esto es, Dios con nosotros" (7,14).

b) Profecías hechas por el mismo Cristo

   El mismo Jesucristo hizo numerosas profecías acerca de su persona, de los Apóstoles, de su Iglesia, y de otros varios acontecimientos, que dan mayor peso a este argumento.

1.-Respecto a su persona, en tres ocasiones predijo su pasión, y muerte de cruz y resurrección.

2.-Respecto a sus Apóstoles, predijo la triple negación de Pedro, la venida del Espíritu Santo sobre ellos, y las persecuciones que les tocaría afrontar.

3.-Respecto a la Iglesia, predijo su perpetuidad. "Y yo estaré con ustedes hasta el fin de los siglos" (Mateo 28,20).

   Estas diversas profecías sobre sucesos libres, prueban el carácter divino del que las hizo.

c) Los milagros

   Los milagros de Cristo prueban  no solamente su carácter de Mesías, sino también su divinidad. En efecto:

a) Cristo los hizo en su propio nombre, en tanto que los demás siempre los hicieron en nombre de Dios. Por ejemplo dijo al leproso, "Yo lo quiero, sé limpio" (Mateo 8,3); y al hijo de la viuda de Naím: "Muchacho, a tí te digo, levántate" (Lucas 7,14).

b) Comunicó a sus discípulos el poder de hacer milagros en su nombre (Marcos 16,17).

c) Hizo milagros en confirmación de su divinidad. Así dijo a los judíos, que querían apedrearlo por blasfemo, por haberse declarado Dios: "Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago y no queréis dar crédito a mi palabra, dádselo a mis obras" (Juan 10,37).

   Cristo hizo milagros en confirmación de su divinidad; y como el milagro es prueba de la intervención divina, es evidente que los milagros de Cristo prueban su divinidad. De otra suerte Dios mismo hubiera confirmado con milagros una mentira, lo que inconcebible.

d) Testimonio del mismo Cristo

   Cristo se proclama Dios de muchos modos:

a) Se atribuye perfecciones y poderes que sólo Dios tiene, como la eternidad, la creación, el poder de perdonar los pecados; y dice claramente: "Todo lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo" (Juan 5,19).

b) Aprueba explícitamente la confesión de Pedro: "Tú eres el Hijo de Dios vivo", y la de Tomás: "Señor mío, y Dios mío" (Mateo 16,16; Juan 20,28).


c) Manifiesta que es Dios e Hijo de Dios: "El Padre y yo somos una misma cosa"; y delcara solemnemente ante Caifás que es Hijo de Dios y que vendrá a juzgar a los hombres (Mateo 26,64).

   Esta afirmación hecha por Cristo prueba su divinidad. En efecto, ningún hombre fuera de Cristo, ningún profeta, ningún fundador de religión se ha atrevido a proclamarse Dios. Si Cristo se hubiera proclamado Dios sin serlo, sería o un loco o un mentiroso; y ambas cosas repugnan, pues nadie ha existido tan sabio ni tan santo.

e) Testimonio de Dios Padre

   En el bautismo de Cristo en el Jordán y más tarde en el Tabor se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo amado en quien tengo todas mis complascencias; escuchadle" (Mateo 3,17; 17,5).

   Este testimonio tiene especial valor, por ser la afirmación clara y explícita de Dios, verdad infalible.

f) Su vida y doctrina

   1.-Cristo fue en su vida ejemplo perfecto de toda santidad, a tal punto que pudo decir a sus discípulos: "Ejemplo os he dado para que como obré, obréis también vosotros" (Juan 13,15). Y a sus enemigos: "¿Quién de vosotros me arguira de pecado?" (Juan 8,46).

   2.-Por otra parte, su doctrina está llena de sabiduría y santidad. Ella transformó la faz de la tierra y ha producido en todas partes frutos de la más excelente perfección.

   Esta santidad de Cristo, y la sabiduría y santidad de su doctrina prueban su divinidad, sobre todo si las juntamos con la afirmación que Él mismo hizo de ser Hijo de Dios. Pues no se concibe que un loco o un impostor haya sido el más sabio y el más santo de los hombres, y el Fundador de las más excelente doctrina que ha contemplado los siglos.

g) Testimonio de los Apóstoles y de la Iglesia

   Los Apóstoles dieron fe de la divinidad de Jesucristo; y son especialmente elocuentes los testimonios explícitos y numerosos deSan Juan y San Pablo. "Sabemos, dice San Juan, que vino el Hijo de Dios...Este es el verdadero Dios, y la verdad eterna" (1 Juan 5,20). Y San Pablo afirma: "Jesucristo teniendo naturaleza de Dios, no por usurpación, se hizo igual a Dios" (Filipenses 2,6).

   Este testimonio tiene especial valor, pues los Apóstoles no sólo conocieron de cerca a Cristo, sino que confirmaron sus enseñanzas con numerosos milagros y con el martirio.

   La Iglesia Católica por su parte, siempre ha enseñado que Jesucristo es Hijo de Dios por naturaleza y verdadero Dios; y sobre esta creencia ha descansado inconmoviblemente su doctrina.

   Hay otras tres pruebas de la divinidad de Jesucristo: su resurrección, verificada por virtud propia y anunciada por Él con anterioridad; la fundación y desarrollo de su Iglesia; y el testimonio de sus mártires.

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(Parroquia San Martín de Porres)