BEATO JAIME DE CERTALDO
13 de abril
1292 d.C.
Pertenecía a la antigua familia de los Guiti o Guidi.
Nació en Certaldo. Desde joven manifestó una clara
vocación por la vida solitaria. Pronto conoció a los
monjes camaldulenses que tenían una abadía cercana de su
casa, cuando sus padres se trasladaron a Volterra, el joven Jaime
visitaba la abadía de San Justo, también camaldulense, no
lejana a su casa. Deseando ser monje y obtenido el permiso de su padre,
en 1230, el abad Martino le dio el hábito blanco camaldulense.
Fue devotísimo de María y de San Miguel arcángel;
el joven monje fue para todos modelo de oración y
mortificación a través de la obediencia a sus superiores
y de la práctica constante de sus deberes cotidianos.
Hacía muchas penitencias voluntarias para dominar los apetitos
de la carne y permanecer concentrado en el Señor; oraba
fervorosamente para que fueran aceptados sus pequeños
sacrificios para la salvación del prójimo: dormía
en el suelo, ayunaba, velaba, soportaba el frío y el dolor del
cilício.
Nueve años después fue nombrado rector de una parroquia
que dependía del monasterio, en el 1268, fue elegido abad de la
comunidad, cargo que aceptó después de muchas
insistencias y al que renunció algunos años
después para ocuparse de la parroquia donde estuvo hasta su
muerte. Su ejemplo contagió a los miembros de su familia, entre
ellos su padre, que se hizo también camaldulense. Murió
en su ultima residencia de Volterra. Sobre su tumba se obraron muchos
milagros.