BEATO JACOBO DUCKETT
19 de abril
1602 d.C.



   Nació en Gilfortrigs o Silfortriggs (Inglaterra) en el seno de una familia protestante, se convirtió al catolicismo y se estableció como librero en Londres, pero al dejar de asistir a los servicios religiosos anglicanos levantó sospechas y fue detenido, el dueño de la librería hizo que lo dejaran libre pero luego lo despidió. Se ganó la vida como pudo y al cabo de tres años se casó con Ana Hart, viuda, que le dará un hijo, Juan, futuro prior de la cartuja de Nicuport, que escribiría la vida de su padre. 

   Ayudó cuanto pudo a los misioneros católicos y abrió una tienda de libros, donde distribuyó prensa católica; después de varios periodos de prisión (en total 9 años) por haber impreso y vendido libros católicos; fue denunciado por un católico renegado, Pedro Bullock, que pensaba que así se salvaría, pero también fue condenado a muerte. El jurado se rehusó al principio a condenarle por el testimonio de un solo testigo, pero el supremo magistrado, Popham, pidió al jurado que reflexionase sobre su veredicto. Bastó un breve receso para cambiar la sentencia; el jurado declaró al beato Jaime culpable de felonía y le condenó a muerte. La esposa del beato fue a visitarle a la prisión llorando sin consuelo. Jaime le dijo: «Si me hubiesen nombrado secretario o tesorero de la reina, no llorarías. Pues ahora que voy a estar cerca del trono del Rey de reyes no debe haber lágrimas. Desde arriba podré hacerte todavía más bien, con tal de que sigas sirviendo a Dios en la unidad de su Iglesia ... Yo considero como un gran favor de Dios morir entre ladrones como mi Maestro y Señor». En el patíbulo le pidió a su mujer que perdonara al delator y luego se dirigió a éste y le dijo que le perdonaba y que muriese como católico, como así hizo. El beato perdonó de todo corazón a su delator, quien fue ejecutado junto con él, a pesar de su traición. Ambos fueron conducidos a Tybrun en el mismo carro. La esposa del beato le dio un poco de vino en Holborn Bars. Jaime repitió una vez más a Bullock que le perdonaba, le exhortó a morir en la Iglesia católica y le dio un beso cuando les echaron la cuerda al cuello. Fue ahorcado y descuartizado en Tyburn, Londres. Fue beatificado por Pío XI el 15 de diciembre de 1929.

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(Parroquia San Martín de Porres)