BEATO HUGOLINO ZEFIRINI
22 de marzo
1367 d.C.



   Natural de Cortona. Todavía adolescente, a causa de unas disputas ciudadanas, fue exiliado a Mantua donde, en el 1336, ingresó en los agustinos del convento de Santa Inés. De regreso a su tierra, en el 1354, Hugolino se consagró a Dios en la reciente Orden de los Ermitaños de San Agustín, querida del papa Alejandro IV como la unión de grupos de ermitaños en vida cenobítica según la espiritualidad de san Agustín. Aquí recibió una formación específica intensa en santidad de vida, en el amor por el estudio, de manera particular de la Sagrada Escritura, en empeño de la evangelización y de la formación espiritual y cultural, en la busca de la soledad, ascesis, oración y penitencia. Después de dedicarse al apostolado, sus superiores le enviaron a Cortona, donde llegó precedido de una fama de santidad, pero pensando en que podía caer en la vanagloria se retiró a un lugar solitario llamado de San Onofre, donde vivió en soledad. Sus restos mortales se veneran en la iglesia de San Agustín de Cortona.

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(Parroquia San Martín de Porres)