BEATO HUGO DE MACON
1151 d.C.
10 de octubre
San
Bernardo de Claraval, en 1113, con unos 30 compañeros,
ingresó en recién fundada abadía de Citeaux, sede
principal de la Orden de los Cistercienses, entre ellos se encontraba
el conde Hugo de Macon, miembro de la alta nobleza. Fue cisterciense
cuando era abad san Esteban Harding; en el 1114, fue elegido abad de
Pontigny. Guió la comunidad durante 22 años y en aquel
periodo, florecieron las vocaciones y fundó unos 11 monasterios.
En el 1136, fue elegido obispo de Auxerre,
sucediendo al difunto obispo: el beato Hugo de Montaigu. Fue el primer
obispo cisterciense. Tuvo que luchar con el poder laico que
había usurpado los derechos y bienes de la Iglesia, aprovechando
la debilidad de su predecesor. Participó en importantes
cuestiones civiles y religiosas, a menudo unido con san Bernardo;
protegió y reformó varios monasterios de su
diócesis. Participó en los concilios provinciales de Sens
y de Reimes, convocados para condenar las herejías de la
época; intervino, poniendo la paz, entre el conde de
Blois-Champagne con el rey Luis VII. Varias veces recibió, en
Auxerre, al papa san Eugenio III también cisterciense y al mismo
san Bernardo. Murió en Pontigny lleno de méritos y es
donde está sepultado.