BEATO HONORATO DE
BIALA PODLADKA KAZMINSKI
16 de diciembre
1916 d.C.
Se
llamaba Wenceslao Kozminski. Nació en Biala Podlaska (Polonia).
Se licenció en arquitectura. La muerte de su padre le produjo
una crisis de fe y se declaró ateo. Sospechoso de participar en
un complot contra el régimen invasor ruso, fue encarcelado y en
la prisión enfermó de tifus; estas nuevas pruebas le
hicieron recuperar la fe. Fue liberado por insuficiencia de pruebas.
Ingresó en el
noviciado de los capuchinos en Lubartów, tras haber luchado
contra sí mismo porque tenía que dejar a su piadosa madre
enferma. Recibida la ordenación sacerdotal en 1852,
desarrolló su actividad como profesor de Sagrada Elocuencia y de
Teología de los estudiantes capuchinos, como confesor de los
herejes convertidos, consejero en su provincia capuchina, superior del
convento de Varsovia durante un año y, por espacio de veinte
años (1895-1916), comisario general de los capuchinos sometidos
a la dominación rusa.
Ante todo, ya desde
joven sacerdote, fue el padre Honorato un predicador y un clarividente
director espiritual. Este fue el intenso ministerio en los años
1853-1864, cuando le vemos predicando continuamente en diversas
iglesias de la capital Varsovia. Encargado de la dirección de
los terciarios franciscanos, no se limitó a promover en ellos la
vida devota, sino que los quería también comprometidos en
una ferviente actividad caritativa y social. Durante este tiempo
conoció a la beata Ángela María Truszkowska y fue
su director espiritual, encargándose, además, del llamado
"rosario viviente". Lejos, desde luego, de estar satisfecho porque
formara grupos de hombres y mujeres entregados al rezo del rosario, los
estimuló a una caritativa actividad de irradiación.
Trató de salvar
la fe católica y el espíritu patriótico de su
pueblo, contra las persecuciones zaristas encaminadas a separar la
iglesia polaca de la de Roma, para que se incorporara a la
instrumentalización política en la que ya estaba metida
la iglesia ortodoxa. Como medios para la realización de este
duro empeño, escogió la devoción a la Virgen y la
Tercera Orden Franciscana que, con autorización del ministro
general de los capuchinos, había sometido a una reforma radical.
Las leyes civiles de
la época prohibían el apostolado y recibir novicios
(forma de acabar con los religiosos). Por tanto, para abrazar la vida
religiosa era necesario salir de la propia patria. Pero el padre
Honorato encontró la solución proponiendo vivir los
consejos evangélicos dentro del espíritu de la Tercera
Orden Franciscana. Por eso aconsejaba no abandonar la patria, y llevar
una vida ordinaria, sin hábito religioso, sin convento,
ocultamente. Mientras tanto, él rezaba y estudiaba el Evangelio,
en donde hallaba el espíritu y también la forma de la
vida religiosa.
En el confesonario de
Zakroczyn tomaron forma y vida numerosos institutos, cada uno de los
cuales abarcaría una esfera particular: los intelectuales, los
jóvenes, los empleados de establecimientos, los de las
fábricas, las empleadas del hogar, los niños, los
enfermos, los artesanos, los campesinos... y los lugares y las
actividades con las que se podía ser útil al
prójimo e influir en un amplio círculo de personas, como
en las fondas y restaurantes, en librerías, bibliotecas,
escuelas, sastrerías, negocios...
El padre Honorato
quiso para la irradiación del apostolado de sus religiosos que
cada congregación estuviera compuesta de tres diversas
categorías de miembros: la primera, de religiosos que, viviendo
en común, tenían la misión de acoger y dirigir a
los otros; la segunda, formada por religiosos de votos temporales que
viven con sus propias familias o en pequeños grupos: son los
"unidos" y las "unidas", el elemento más dinámico de cada
congregación, con mayor posibilidad de influir en los otros con
el apostolado activo y el ejemplo; finalmente, la tercera
categoría acogía a terciarios comprometidos de modo
particular en la colaboración apostólica.
Todos estos religiosos
llevaban traje normal de seglar y su modo de vida fue confirmado por la
Santa Sede con el decreto “Ecclesia Cathólica” del 21 de junio de 1889.
Fuera por las circunstancias particulares o por la intuición de
los signos de los tiempos que tuvo este gran apóstol de la
época moderna, el caso es que en la Iglesia había
encontrado espacio, de derecho y de hecho, una amplia docena de
institutos "seculares", de los cuales el padre Honorato era considerado
como precursor.
Sin embargo, la
experiencia fue de corta duración. Pronto hubo recriminaciones y
denuncias contra la "novedad" de tal vida religiosa instaurada por el
padre Honorato fuera de las formas canónicas tradicionales. Por
eso, en 1907, le impusieron restricciones que de hecho llevaron a la
supresión de los "unidos" y de las "unidas".
El padre Honorato
fundó diversas congregaciones, de las cuales existen ahora 17,
que por orden cronológico de su fundación, son las
siguientes:
Felicianas
(1855, en memoria del capuchino san Félix de Cantalicio);
Capuchinas de santa Clara (1860); Esclavas del Santísimo
Corazón de Jesús (1874); Esclavas de santa María
Virgen Inmaculada de Mariowka (1878); Hijas de la Bienaventurada Virgen
María de los Siete Dolores o Seráficas (1881);
Franciscanas de los Afligidos (1882); Vestuarias de Jesús
(1882); Siervos de María Inmaculada (1883); Esclavas de
Jesús (1884); Hijas del Purísimo Corazón de
María (1885); Hermanas del Santísimo Nombre de
Jesús (1887); Pequeñas Hermanas del Corazón
Inmaculado de María (1888); Reparadoras de la Santísima
Faz (1888); Auxiliadora de las almas del Purgatorio (1889); Hijas de
María Inmaculada (1891), de ellas nació la nueva
congregación, para muchachas desviadas; Esclavas de la Madre del
Buen Pastor (1895); Hijos de la Madre de Dios Dolorosa o Doloristas
(1893).
Además, fue
consejero y legislador de la congregación de las Franciscanas
del Santísimo Sacramento, monjas de clausura en el monasterio de
Kenty.
Todas estas congregaciones, a excepción de las Felicianas, las
fundó el padre Honorato y dirigió primeramente desde el
convento de Zakroczyn y después desde el de Nowe-Miasto, sin
poder visitar nunca una comunidad o una casa. El locutorio del convento
estaba expuesto a registros de la policía y por eso él
formaba a las hermanas y dirigía a los superiores desde el
confesonario. Además, a partir de 1881 se sirvió de la
hermana feliciana Isabel Stummer como portavoz en las distintas
comunidades y a su muerte se aprovechó de la obra de Aniela Rosa
Godecka, con la que había fundado las Pequeñas hermanas
del Corazón Inmaculado de María.
Los últimos 24
años de su vida, los pasó en el convento de Nowe-Miasto,
y allí, por correspondencia, dirigía espiritualmente a
sus hijos espirituales (que estaban bajo la jurisdicción del
obispo), ya que una sordera lo alejó del confesionario. Confesor
de la beata Boleslawa María Lamet. Escribió diversas
obras entre las que destacamos las siguientes: “Powiesc nad
powiesciami” (El
amor de Dios a los hombres), “Wlloclawek 1909”, en cuatro
volúmenes, más dos inéditos; “Sw Franciszek i
jego nasladowcy” (San
Francisco y sus seguidores), Warszawa 1901-13, en cuatro
volúmenes, más otros dos también inéditos; “¿Quién
es María?”, obra proyectada en 52 tomos y 76
volúmenes, de los cuales solamente el primero fue publicado en
dos ediciones diversas: el autor se proponía ofrecer una
vastísima enciclopedia mariana (los 76 volúmenes suman
30.000 páginas). El
padre Honorato murió en olor de santidad a la edad de 87
años. Se le dio sepultura en la cripta del convento de
Nowe-Miasto. El 10 de diciembre de 1975 su cuerpo fue trasladado a la
iglesia que había encima, tras haberlo reconocido. Lo
beatificó Juan Pablo II el 16 de octubre de 1988.