BEATO HARTMAN DE BRIXEN
23 de diciembre
1164 d.C.
Nació en Polling en Austria, fue educado por los agustinos del
convento de San Nicolás de Passau. Ordenado sacerdote,
ingresó entre los Canónigos Regulares de San
Agustín. En el 1122, fue elegido deán del Capítulo
de la catedral de Salisburgo, por el arzobispo Corrado I, con el fin de
introducir la observancia de los Regulares. Con la misma misión
fue nombrado preboste del monasterio de Herren-Chiemsee desde el 1128
al 1133; y después del 1133 al 1140, siempre como reformador,
fue llamado por san Leopoldo III, Margrave de Austria, en la
Canónica Regular de Klosterneuburg, fundada por él, junto
a Viena.
En el 1140 fue elegido
obispo de Bressanone, en Bolzano. Fue muy respetado tanto de los
emperadores como de los Papas, y por su pueblo; hizo mucho por los
canónigos regulares, pero sobre todo fue un gran benefactor de
los religiosos, especialmente de los benedictinos. Se prodigó en
la asistencia a los necesitados, erigió un hostal para los
peregrinos pobres; aplicó con celo la reforma de la disciplina
del clero y en el 1142, erigió en Bressanone la Canónica
Regular de Neustift.
En la lucha entre el
Papado y el Imperio, defendió los derechos pontificios pedidos
por el Papa Alejandro III, no obstante los emperadores Corrado III y
Federico I Barbarroja, le tuvieron gran consideración y aprecio.
En vida tuvo fama de santidad.
Su tumba se encuentra en la Canónica Regular de Neustift y es
todavía meta de peregrinaciones. En todo el medioevo fue
invocado como protector en los partos difíciles. Su culto fue
confirmado en 1784 por el Papa Pío VI.