BEATO GUILLERMO APOR
2 de abril
1945 d.C.
Nació en Segesvár, Hungría, en el seno de una
familia acomodada. Perdió a su padre siendo niño y su
educación cayó enteramente en su madre. Estudió en
los jesuitas y allí decidió su vocación sacerdotal
e ingresó en el seminario diocesano, de donde fue enviado a la
universidad de Innsbruck para que se doctorase en Teología.
Incardinado en la
diócesis de Nagyvárad, fue ordenado sacerdote en 1915.
Durante la I Guerra Mundial fue capellán militar. Después
fue prefecto del seminario y párroco de Guyla, cargo en el que
manifestó un alto espíritu pastoral, socorriendo a los
más pobres, promocionando la juventud católica,
fomentando la fraternidad sacerdotal y la vida religiosa, y el
ecumenismo.
Fue nombrado obispo de
Györ en 1941, y supo hacer frente a las dificultades de la II
Guerra Mundial, empeñándose en la protección de
los más débiles, lo que le hizo especialmente necesario
cuando llegaron las leyes racistas, y no dudó en poner en
peligro su vida.
Con los bombardeos,
acudió personalmente a asistir a las víctimas, y puso su
palacio a disposición de los refugiados. Alzó su voz
contra las víctimas de las leyes raciales introducidas por el
régimen húngaro aliado con los nazis alemanes. En pleno
conflicto hizo públicas sus denuncias contra la
persecución de judíos y gitanos.
Sabiendo que las mujeres
corrían peligro, las defendió heroicamente. Por ello,
cuando irrumpieron un Viernes Santos, en su palacio episcopal soldados
rusos borrachos buscando mujeres. Al oponerse al grupo de militares
rusos, uno de éstos le hirió mortalmente con tres
disparos. Fue llevado al hospital, perdonando al agresor y
ofreció su vida por sus fieles. El régimen
prosoviético prohibió durante décadas el culto de
su tumba, que hoy está en la catedral de Györ. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II
el 9 de noviembre de 1997.