BEATO GUIDO DE SELVENA
4 de diciembre
1288 d.C.
Nació en Selvena (Grosseto, Italia). Ingresó en los
franciscanos y vivió una vida de mortificación, de
renuncia, de abnegación, de hambre, por el amor a todas las
criaturas, del prójimo y sobre todo de Dios y obrando milagros.
Según las crónicas y tradiciones escritas existentes en
distintos conventos, se dice que cuando todavía era novicio
“mereció hablar dulcemente con Cristo”.
Parece que
después de pasar una temporada en Siena, fue llevado, junto a
otros jóvenes, ante la presencia del beato Pettinaio, para que
todos escucharan sus palabras sobre cosas espirituales y entonces
narró como se desarrollaron sus primeros coloquios con el
Niño Jesús.
Por su gran
devoción por Dios, se relata, que cuando ya era anciano y
enfermo, Dios le envió un gato que todos los días cazaba
en el bosque un pajarillo, de esta forma fray Francisco de Montalcino,
lo cocinaba y se lo daba a comer a su compañero. En aquella
época era su única comida. El mismo día en el que
nuestro beato murió, también lo hizo el gato que
expiró a sus pies. Murió en el convento del Colombaio
(Seggiano).
La
fecha de su muerte no es segura, se puede establecer el 21 de abril de
1287 o del 1288. Las gentes de Selvena, aunque no hay tradición
litúrgica sobre el beato Guido, lo respeta y mantiene cierta
veneración ante su posible tumba en la iglesia de San Bernardino
del Colombaio. Los mineros que antaño existían en la zona
le adjudicaban el hecho de no morir en la mina. Se festeja en el Calendario Franciscano.