BEATO FRANCISCO
VENIMBENI
22 de abril
1322 d.C.
Nació y murió en Fabriano (Ancona). Era hijo del
médico Compagno Venimbeni y Margarita di Federico. En el 1267,
ingresó en los franciscanos, después de haber hecho
estudios de filosofía; fue discípulo de san Buenaventura.
Durante el año de noviciado, transcurrido en Fabriano, obtuvo
permiso de ir a Asís para ganar la indulgencia de la
Porciúncula. Allí conversó con el beato fray
León, uno de los primeros compañeros de san Francisco, y,
según su testimonio, muy precioso para la historiografía
franciscana, leyó sus "escritos".
En 1316 y en el trienio 1319-21 fue superior del nuevo
convento construido por los hermanos de Fabriano. Durante su mandato,
al celebrarse en la ciudad por segunda vez el capítulo
provincial, Francisco apeló a sus conciudadanos, que proveyeron
generosamente al sostenimiento de los hermanos asistentes de todas
partes de las Marcas. Con los dineros recibidos de su padre
construyó una biblioteca donde reunió una notable
cantidad de manuscritos. Esto le valió el título de
"primer fundador de bibliotecas" en la Orden Franciscana.
Hombre de gran penitencia y caridad; gozaba del don de la
predicación. Su amor a los pobres fue grande. Ayudó a
gran número de indigentes; él mismo preparaba cada
día el alimento para sus predilectos, luego lo distribuía
en la puerta del convento, donde acudían los pobres.
Vestía una burda túnica que parecía un cilicio por
su aspereza. Se flagelaba con ásperas disciplinas, dormía
pocas horas en un duro jergón y el resto de la noche lo
transcurría en oración. Incansable en su celo por las
almas: pasaba muchas horas en el confesionario o en el anuncio de la
palabra de Dios. Asistía a los enfermos y los preparaba para una
buena muerte. Tema de su contemplación eran los misterios de la
Pasión de Cristo, que le hacían derramar abundantes
lágrimas. Celebraba la santa Misa con angélico fervor.
Devotísimo de las almas del purgatorio no cesaba de ofrecer
sufragios por ellas.
Francisco conoció con tiempo el día de su
muerte; serenamente se durmió en el Señor, a los 61
años de edad, de los cuales 45 pasó en el ejercicio de
las más heroicas virtudes. Escribió “Cronicon
fabrianense”. Pío VI confirmó su culto el 15 de
abril de 1775.