BEATO FRANCISCO ROSELLO HERNANDEZ
18 de octubre
1936 d.C.
Era huérfano e hijo
único. La persecución religiosa le llegó cuando iba
a contraer matrimonio con una joven de sus mismos sentimientos religiosos
y como él de grandes cualidades humanas, pero fue leal a sus principios
religiosos y se dejó matar al grito de ¡Viva Cristo Rey! La
propia novia lo entendió como un paso de Dios por su vida. Roselló
fue bastantes años presidente de la Asociación, cargo que ocupaba
en la gran fiesta mariana que se celebró en Madrid y en Cartagena
el año 1930 para conmemorar el primer centenario de la manifestación
de la Medalla Milagrosa. En todo momento supo poner sus cualidades humanas
al servicio del apostolado mariano en el que estaba comprometido. Destacó
en el teatro, uno de los medios de formación y apostolado de la Asociación.
MARTIRIO: El lunes 20 de julio de 1936 arrojaron repentinamente
a las Hijas de la Caridad de la Casa de Misericordia. Enterado Roselló,
consiguió adelantar a los coches que las llevaban custodiadas fuera
de la población, despedirse de sor Francisca y recibir las últimas
consignas para los congregantes. A partir de este hecho fue sujeto de persecución,
como lo había sido unas horas antes D. Pedro Gambín. Lo prendieron
en su domicilio el día 22 y lo tuvieron incomunicado, probablemente
en el colegio Marista, hasta el 7 de octubre en que ingresó en la
cárcel de San Antón.
Como en el registro a su domicilio le habían encontrado
una medalla de la Virgen de la Caridad, un escapulario y dieciséis
“cromos religiosos” y él mismo había confirmado su pertenencia
activa a la Asociación de Hijos de María y a la cofradía
California, en la cárcel le calificaron de “sectarista de organismos
religiosos” e inmediatamente sometieron el caso al juez especial de Murcia,
el mismo que unos días antes había condenado a muerte a sus
tres compañeros de Asociación. Aquí empezó el
juego sucio, porque el juez especial, que normalmente tiene unas horas para
decidir sobre el reo, tardó 6 meses a dictar su providencia, que consistió
en declararse incompetente toda vez, dice, “que contra el mismo no aparecen
cargos que le inculpen como responsable de cualquiera de los delitos de la
competencia de este juzgado”. En este tiempo tuvo lugar la saca de presos
del 18 de octubre en la cual incluyeron a Francisco Roselló y lo mataron
sin esperar la actuación judicial junto al congregante Isidro Juan
Martínez.