BEATO EUGENIO III
1145-1154 d.C.



   Bernardo Paganelli, abad del convento de San Atanasio, era discípulo de San Bernardo, que tomó en seguida la defensa de la causa papal. Eugenio III no pudo tomar podesión de su cargo, impedido por el patriciado y el Senado. Se retiró a Viterbo, mientras el pueblo incendiaba los palacios y saqueaba las iglesias. El Papa se dirigió a Francia, donde encargó a San Bernardo predicar una nueva cruzada. La asamblea de Vézelay (1146) tuvo pleno éxito para Bernardo, pero el intento fracasó y el Santo vio en el fracaso el signo de la ira divina ante la indiga actitud de los cruzados, incapaces de organizarse y de olvidar sus pequeños rencores para unirse y salvar el Santo Sepulcro.

   Fue también San Bernanrdo el que defendió la Santa Sede en su lucha con la herejía de Abelardo, el famoso amante de Eñoísa y defensor del conceptualismo en la polémica de los universales. Fundador del monasterio de Clairvaux, y considerado como segundo fundador de los cistercienses, San Bernardo fue la más importante personalidad eclesiástica del siglo XII, y gozó de una fama y de un prestigio extraordinarios. Fue uno de los más brillantes defensores del culto de la Virgen. Murió el 20 de agosto de 1153. El Papa Eugenio le había precedido a la tumba. En 1152 falleció Conrado III, y Federico Barbarroja siguió en el trono de los Hohenstaufen.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)