BEATO DOMINGO DEL
SANTÍSIMO SACRAMENTO ITURRATE
8 de abril
1927 d.C.
Nació en el caserío “Biteriño”, anteiglesia de
Dima (Vizcaya) en una familia rural de once hermanos y profundamente
cristiana. De niño tuvo un temperamento sensible y algo proclive
a la irritabilidad, pero mostró un carácter espiritual
poco común. A los 13 años estudió humanidades en
el seminario trinitario de Algorta (Vizcaya) e ingresó en la
Orden. Durante su noviciado, su formador tuvo que urgirle que cumpliera
el reglamento para que durante el recreo, no estuviera permanentemente
en la capilla. Su maestro de novicios tuvo que vigilarle para que no se
extralimitara en las penitencias.
A los 17 hizo
profesión religiosa en el santuario de la Bien Aparecida
(Cantabria) regentado por los Trinitarios y se llamó Domingo del
Santísimo Sacramento. Fue ordenado sacerdote en Roma con 24
años y vivió en el convento de San Carlos de esta ciudad;
en la Universidad Gregoriana estudió Filosofía y
Teología. Al mes siguiente cayó tuberculoso. Con muchos
esfuerzos terminó sus estudios y obtuvo el doctorado. En la
profesión solemne, hizo un voto específico de “hacer lo
que conociere más perfecto”. Según él, lo
importante no es “hacer muchas cosas, sino hacer bien todo lo que es
del agrado de Dios”.
Pero estaba herido de muerte.
Volvió a su casa. Para que viviese un clima más propicio,
le enviaron a Belmonte (Cuenca) y allí murió a los 26
años. Su lápida que dice así: "Fue dechado de
perfección religiosa, angelical en su pureza, encendido de celo
por la gloria de la Santísima Trinidad, devotísimo de la
Madre de Dios, extremoso en la caridad con sus prójimos; fue
imitador de Cristo crucificado, dotado por Dios de gracias muy
singulares". Su vida fue un ejemplo de serena sencillez, fruto de una
santidad vivida minuto tras minuto, sin llamar la atención de
nadie. Fue beatificado por Juan
Pablo II el 30 de octubre de 1983.