DESPUÉS DEL TRABAJO O DEL ESTUDIO



   Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios. A Tí, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.  Me he cansado, Señor, descubriendo la ver­dad entre mis libros. Te doy gracias porque me diste el uso de la inteligencia y me hi­ciste comprender tantas cosas bellas. Gra­cias por la ciencia y por los maestros que me ayudan. 

   Tengo las manos manchadas de grasa; pero estoy contento, porque sé un poco más y porque puedo presentarte estas horas de trabajo, hechas por Ti y en tu compañía.

   Te damos gracias, Señor, por estas horas de trabajo. Gracias, porque son nueva riqueza de saber y porque, habiendo otros que no pueden estudiar, nos has dado esta nueva oportunidad, sin nosotros merecerlo.


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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)