BEATA CECILIA EUSEPI
1918 d.C.
1 de octubre
Nació en Monte Romano, muy pequeña se trasladó con
su madre viuda a la cercana Nepi, una antigua ciudad de Tucsia, donde
vivía con su tío materno, que era granjero en la finca
"La Massa" a tres kilómetros de la ciudad. A los seis
años, al igual que otras muchas niñas la mandaron al
internado para niñas huerfanas de guerra del Monasterio
cisterciense de Nepi. A cien metros del convento se hallaba la
parroquia de san Tolomeo, regida por los Siervos de María.
Cecilia, una vez terminada la escuela pasaba aquí su tiempo, y
es en este contexto donde madura tempranamente y con sorprendente
claridad su vocación. Tanto es así que con doce
años y en unión de otras compañeras mayores, pide
entrar como terciaria en la Orden de los Siervos y al año
siguiente, a pesar de su edad el obispo le da la dispensa para entrar
como postulante en las Mantellate Siervas de María. Ira a
estudiar a Roma, Pistoía, y luego a Zara. Pero su
aspiración de ir a las misiones no se cumplira, en octubre de
1926, debido a la enfermedad que dos años después la
llevará a la muerte, regresa a Napi.
Esta es su breve vida. Y de todas sus circunstancias habla
Cecilia misma en su narración autobiográfica "Historia de
un payaso". título humoristico, emblemático de la
consideracion que tenía de si misma "un payasin", nada
más. Escribe para obedecer a su confesor, a quien se lo
entrega en junio del 27 en un viejo cuaderno de colegio.
Los últimos meses de su vida los pasa en lo que
ella llama "el exilio de la Massa". Un exilio que le hace sufrir porque
era consciente que no tomaría los votos , por la lejanía
de Nepi y las calumnias de los propietarios de la finca. Su
único consuelo, la devoción filial a la Virgen Dolorosa,
que ella llama su corazón, y la comunión, su tesoro, y
que el padre Roschini, su confesor, le lleva dos días en semana.
Rompen sin embargo este exilio las frecuentes visitas de campesinos, de
sus compañeros de Acción Católica, de los
seminaristas y de los Padres Servitas, que no pocas veces solicitan a
Cecilia consejos para sus homilías.
Falleció cantando las oraciones a María. Su
funeral fue una fiesta, fue como ir a una boda, los Siervos de
María dieron en su honor una comida y aquel mismo día les
llegó de un benefactor lejano una cuantiosa cantidad de dinero
que sirvió para enjugar las estrecheces económicas del
seminario. Beatificada por SS Benedicto XVI el 17 de junio de 2012.